Naturaleza en estado puro
Una tarde de verano de los años 60, a orillas del Ance du Nord, el río emblemático de la región de Haut-Forez. Mis padres y yo habíamos ido a visitar a unos primos de Saint-Etienne, pariente cercano de mi padre. Habían instalado un campamento improvisado en un terreno junto al río, en un lugar llamado "Le Vert". Con el acuerdo previo del propietario, un granjero de la aldea vecina. Ni que decir tiene
Este equipo de chicos me impresionó: con su aspecto aventurero, parecían no tener miedo a nada. Conducían sus motos a gran velocidad por senderos escarpados, montaban a caballo sin silla con sus amigos gitanos y se lanzaban desde lo alto de las grandes rocas que bordeaban el río. Para mí, que era un chaval en busca de orientación, simbolizaban la naturaleza en estado puro, un comportamiento combinado con un profundo respeto por la naturaleza.
Durante la visita, me había alejado un poco del círculo familiar para ver más de cerca el río. Al final de la pradera, descubrí un imponente abismo donde las sombras comunes se habían reunido para engullir la multitud de moscas de mayo que acababan de eclosionar.

Cazadores furtivos en su propia trampa
Unos días más tarde, en el pueblo cercano, corrió el rumor de que se había producido un grave accidente a orillas del Ance. Regresamos inmediatamente a Le Vert. Cuando llegamos, la familia estaba desmontando el campamento. Con las tiendas plegadas, la partida era inminente. Con un café servido a toda prisa, nos contaron en voz baja la terrible noche que había seguido a nuestro encuentro. Dormían plácidamente en sus tiendas cuando les despertaron los gritos de socorro. Cuatro cazadores furtivos habían tendido redes en la sima que yo había divisado y se habían atrapado en su propia trampa. Valientemente, los tres primos se zambulleron en el agua helada y consiguieron sacar a dos de ellos de esta peligrosa situación. Por desgracia, no pudieron hacer nada por los otros dos. Los bomberos llegaron esa misma noche y los encontraron muertos.

Esta trágica historia me asustó: aquel día aprendí que los ríos a veces pueden ser crueles, incluso despiadados. De niño, desarrollé un miedo persistente hacia ellos, así como una atracción fatal hacia los abismos negros.
Hoy en día, para encontrar tímalos comunes en el Ance du Nord, afluente directo del Loira a la altura de Bas-en-Basset, hay que ir bastante río arriba de Le Vert, más allá del Pont du Diable y de las ruinas del castillo de Chalencon.