Elección del bastón
Es preferible una caña con una acción rápida. De hecho, para pescar con comodidad y animación, no necesitas una punta muy reactiva. Es más, esto puede ser contraproducente, ya que las truchas pueden atacar violentamente a este señuelo aunque se acerque muy despacio. Debido a la rigidez de la caña, es posible que la trucha no pueda agarrar bien el señuelo, que se quitará inmediatamente de la boca. También me gustan las cañas con punta completa, que ofrecen sensibilidad y una acción progresiva de la punta cuando pesco con ondulante.

La potencia de la caña se adaptará al tamaño de las cucharillas bamboleantes ofrecidas y a los peces buscados. Puedes pasar fácilmente de una caña UL (ultraligera) de 1,80 m para pequeños ríos o lagos de altura, a una caña M (media) de 2,50 m para grandes ríos, embalses o lagos, por ejemplo.
Elección del carrete
En cuanto al carrete, el tamaño debe adaptarse a la caña elegida. Puedes ir desde 1000 o 3000 con nylon o trenza. Cuando pesco sin púas, en embalses o en competiciones, reconozco que prefiero el nailon para las cucharillas de menos de 5 g. Su elasticidad permite recoger menos peces al absorber mejor los golpes de cabeza, los saltos y las acometidas de nuestros peces moteados.

Con púas o en modelos de cucharilla más pesados (más de 5 g), prefiero el trenzado, que tiene muy poca elasticidad. Cuanto más pesado es un señuelo, más inercia tiene, es decir, más fuerza necesita para moverse. Entonces, el nylon absorbe demasiado el movimiento o las picadas y se pierde información y precisión de movimiento. Es más, necesitas golpear muy fuerte a larga distancia para compensar la elongación del nylon elástico.

La elección de la proporción
En lo que respecta a la recuperación, aparte de la pesca río arriba en ríos o arroyos, prefiero utilizar una relación de recuperación baja o media. Estas relaciones te permiten ajustar la recuperación de tu cucharilla oscilante lo mejor posible y no es necesario utilizar una relación alta.
Las cucharillas bamboleantes son señuelos que han resucitado ampliamente, y por una buena razón: son formidables en muchas situaciones en las que nada parece funcionar. Es un señuelo que hay que tener en la caja de aparejos en cualquier momento de la temporada y que hay que aprender a dominar sin freno