Pesca de tracción
La pesca del lucio al arrastre es un método de pesca de probada eficacia en los meses de verano. El objetivo es encontrar peces activos, moviéndose por el agua o al acecho. El principio de esta técnica consiste en imitar a un pez en carrera durante la fase de arrastre, que se convierte en presa fácil durante la fase de descenso.
Los peces activos, generalmente en competencia con sus congéneres, se lanzan a la oportunidad con una violencia insospechada. Las picadas son frecuentes, pero los peces más pequeños pueden ser difíciles de enganchar si el señuelo no está perfectamente montado. En el tirón, generalmente nos dirigimos a peces de tamaño medio, en gran número, pero también hay algunas sorpresas agradables, con picadas de peces grandes.

Zonas de pesca y señuelos eficaces
La pesca al curricán se practica principalmente desde una embarcación, por comodidad y eficacia. Sin embargo, puede practicarse desde la orilla en determinadas zonas que tienen la profundidad suficiente para que la animación merezca la pena. Las alfombras de hierba a profundidades de entre 5 y 12 metros son zonas ideales, donde abundan los lucios y que constituyen el telón de fondo perfecto. Los rompientes pronunciados también son interesantes para pescar, ya que a menudo retienen lucios en suspensión a la espera de que la presa pase por delante de ellos.
El peso y tamaño de nuestros señuelos dependerá de la profundidad a la que queramos pescar. Cuanto mayor sea la profundidad, mayor será el peso de nuestra cabeza de plomo y nuestro señuelo blando deberá ofrecer muy poca resistencia en el agua. Por el contrario, en una zona poco profunda, utilizaremos señuelos que remuevan mucha agua con pesos relativamente bajos.

Colores y armas
Para pescar con arrastre, hay que saber adaptarse a las condiciones meteorológicas y ponerse en el lugar de los peces. El principio mismo de esta técnica es pescar por encima de los peces y no a su altura. Por eso es fundamental que el color de tu señuelo destaque sobre el color del cielo. En los días soleados, solemos utilizar señuelos bicolores, con el vientre claro y el lomo muy oscuro. De este modo, los peces lo reconocerán fácilmente cuando se acerquen a cogerlo. En días nublados, se prefieren los vientres oscuros para que contrasten bien con el gris claro del cielo.
A la hora de montar señuelos blandos, opte por cabezas de plomo con anzuelo corto, que permitirán al señuelo nadar con la mayor naturalidad posible. Para no perderse ninguna picada, coloque un anzuelo simple o triple en el vientre del señuelo blando. Los peces con buen aspecto suelen tragarse el señuelo entero, pero algunos pueden fallar su ataque, por lo que resulta útil un segundo anzuelo.