Recuerdo de pesca / Pesca desde la Dunière hasta el Pont de la Vache: "Les Portes du Diable" (Las Puertas del Diablo)

© Kizou Dumas

La pesca fluvial se ve a menudo favorecida por el paisaje. A veces, el terreno a orillas de un río esconde misteriosas huellas de actividad humana. Tal es el caso de un misterioso lugar de pesca, el Pont de la Vache, en el Dunière.

Un misterioso lugar de pesca

Principal afluente del Lignon, el Dunière recoge los arroyos de los alrededores de St-Régis-du-coin, en el departamento del Loira. A continuación, atraviesa el Alto Loira (43) antes de unirse al Lignon aguas abajo de la subprefectura de Yssingeaux.

La Dunière en "Pont de la Vache" apenas se reconoce. ¡Hay que decir que esconde muy bien su juego!

Este es uno de los lugares de pesca más misteriosos que conozco. El río es de difícil acceso. Para llegar a sus orillas, primero hay que tomar el sendero que las domina por debajo del puente. A veces se acerca al río, a veces se aleja. Crees que lo has perdido, pero sigues oyéndolo chapotear entre las ramas. Así que continúa. Después de unos hectómetros caóticos, lo que ahora es sólo un sendero se adentra en el desfiladero y atraviesa un túnel de unos diez metros de profundidad excavado en la roca.

A este lugar lo llaman "Las Puertas del Diablo". Más allá de este umbral, no hay más que matorrales y zarzas. Siempre me he preguntado por qué, sin duda hace mucho tiempo, los hombres y tal vez las mujeres trabajaron tan duro para excavar los acantilados. ¿Por qué utilizaron palas y picos para abrir este pasadizo que no lleva a ninguna parte? Si quieres encontrar el río, tienes que vadear ramas muertas, zarzas y rocas antes de llegar por fin, tras mucho esfuerzo, a la orilla del agua.

¿Puertas del cielo o puertas del diablo?

Este es el Dunière, confuso y a menudo decepcionante. Las truchas aquí nunca son muy grandes, pero quizá nos falte perseverancia para sacarles el máximo partido. El acceso es tan difícil y tan ingrato que dudamos en volver a pescar aquí. Cuando, al segundo intento, el éxito tampoco llega, la elección entre dos males se vuelve saludable: o renunciamos a toda esperanza de ver recompensados nuestros esfuerzos, o consideramos que tendremos que ser pacientes y que un río como éste quizá haya que ganárselo. Así que volveremos otro día.

¿Cuántos intentos y salidas de pesca infructuosas serán necesarios? ¿Cuántos intentos y salidas de pesca infructuosas harán falta para que las Puertas del Diablo se conviertan en las Puertas del Paraíso y el pescador desvele por fin el misterio de la Dunière?

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