El Loira en segunda categoría
Al acercarse a Le Puy-en-Velay, el Loira se ha calmado. Ahora está clasificado como río de segunda categoría para los peces. Sus castillos ya no son antiguos bastiones defensivos. A medida que el paisaje se calma, se transforman poco a poco en cómodas segundas residencias para los habitantes de las ciudades que añoran el campo. No son lo mismo que Amboise, Blois o Langeais. Todavía no ostentan el título de Castillos del Loira. Sin embargo, como un río joven, ya está ahí, fluyendo a sus pies. Y pronto, un poco más abajo, las truchas y los tímalos abandonarán su lecho para dejar paso a otras especies menos nobles.

Mi ruta favorita
Fue mi amigo Marc quien me introdujo en el curso del que os voy a hablar hoy. Recuerdo que era una hermosa mañana de primavera, los peces estaban juguetones y las picadas eran abundantes. Desde entonces, se ha convertido en mi campo favorito. No se preocupen si no les digo exactamente dónde está.
Entre la zona de los tímalos y la de los barbos, el Loira, discreto como de costumbre, toma una curva en pendiente para ofrecernos un fantástico terreno de juego durante un centenar de metros aproximadamente, y allí pesco con regularidad. Prospecciono meticulosamente cada devolución. Si, por casualidad, los peces no golpean exactamente donde yo esperaba, me sorprenden unos metros río arriba o río abajo. A veces, ¡los peces también van y vienen!
Podría decirse que aquí no hay nada realmente extraordinario. Por supuesto, los peces rara vez superan el tamaño estándar. Por supuesto, hay muchos cacho y alburnos. Pero aquí me siento como en casa. Es mi jardín secreto. Nunca me he cruzado aquí con otros pescadores.

Algunas sorpresas agradables
En las calurosas tardes de verano, las picadas de tímalos o cucarachas llegan a ser a veces tan numerosas que la costumbre se instala y la pesca se convierte en rutina. A veces, un hermoso tímalo emerge de quién sabe dónde y, delicadamente, casi con los labios, engulle mi pez emergente como un curioso spirlin. ¡Adrenalina garantizada! Esa es la magia de la pesca y por eso me encanta.
A veces pienso: "La pesca ya no es lo que era, así que esta noche cuelgo las cañas para siempre"
Y como puedes imaginar, al atardecer de uno de estos hermosos días, en cuanto llego a casa, ¡lo único que quiero es volver a mi jardín secreto lo antes posible!