Todos sabemos que las truchas se alimentan más del 80% por debajo de la superficie.
La pesca en seco suele ser por placer, aunque a veces sea la técnica que traerá los peces cuando las truchas estén asentadas.
El resto del tiempo, se alimentan entre dos aguas o cerca del fondo y pupan. Por tanto, la pesca con ninfa con sedal NAF suele ser formidable si se practica correctamente.
Leer el agua
Leer el agua es esencial, tanto si pescas en seco como con ninfa. De hecho, la pesca en seco te permite entender cómo deriva una mosca sobre la piel del agua, comprender las venas de la corriente. Esto proporciona una gran cantidad de información para la pesca submarina.
Es una muy buena escuela, y empezar directamente con una ninfa no siempre es una buena idea. La calidad de la deriva depende de la elección de dónde colocar la mosca o moscas y, por supuesto, del lastrado. Si la deriva no es buena bajo el agua, los peces no cogerán tus moscas. ¡Y la deriva también existe bajo el agua!
La experiencia da a los pescadores un sentido del agua. Puede ser innato, pero a menudo se adquiere con la experiencia. Cuanto más se pesca, más se comprenden el comportamiento y los hábitos de las truchas.
Saber leer un río y averiguar dónde estarán las truchas en función de la estación, el caudal y la temperatura del agua lleva su tiempo.
Las truchas se posicionan en función de su metabolismo. Cuanto más fría esté el agua, más alejadas estarán de las corrientes fuertes, para limitar su pérdida de energía.
Así, a medida que avanza la temporada, el caudal disminuye y la temperatura del agua aumenta. Por tanto, las truchas se desplazarán hacia las corrientes más fuertes. Tendrán más movilidad y podrán desplazarse para alimentarse.
Modelos de ninfa y lastres
De esta lectura del agua se desprende la elección de la ninfa, pero sobre todo su lastrado.
El objetivo es ofrecer una imitación de larva de insecto (mayfly, whipworm principalmente) a la profundidad adecuada y a la deriva lo más inerte y natural posible. No es nada fácil.
Por lo tanto, la profundidad y la velocidad de la corriente nos obligarán a utilizar una cierta cantidad de lastre con bolas de tungsteno de diferentes formas (gota, offset, clásica) pero sobre todo de un peso adecuado. Las bolas utilizadas suelen ser de entre 2 y 5 mm. Los colores más utilizados son el oro, la plata, el cobre y el negro. Hoy en día, sin embargo, están disponibles en todos los colores (chocolate, blanco, rosa, etc.).
En la práctica:
Una vez visualizada la posición y adaptados el tipo de ninfa y el lastre, hay que hacer una o varias derivas para intentar pasar por donde crees que estarán las truchas. Si la mosca pasa demasiado rápido y demasiado alta en el agua, tu lastre es demasiado ligero. Por otro lado, si tu deriva es demasiado lenta en relación con la velocidad de la corriente superficial y tu mosca toca rápidamente el fondo, entonces tu lastre es demasiado pesado. Con un poco de ensayo y error, puedes encontrar rápidamente el lastrado adecuado y salir airoso. Pero cuidado, si las primeras derivas no son buenas, puede que las truchas ya estén alerta Así que lo ideal es pasar en la primera pasada. A continuación, hay que encontrar el lastre adecuado para cada posición, en función de la corriente, la profundidad y la actividad de las truchas.
En cuanto a los modelos, se utilizan mucho la cola de faisán y sus variantes, la oreja de liebre, las moscas de doblaje natural, a menudo bicolores. Cada vez más pescadores utilizan ninfas llamadas "perdigones", procedentes de España. Es una moda, pero su principal ventaja es que son lisas y, por lo tanto, se hunden más rápidamente. Como resultado, se puede utilizar un peso más ligero para el mismo tamaño de anzuelo.
Detección y animación de teclas
Para saber que nuestras ninfas son tomadas por las truchas, y por lo tanto para detectar las picadas, utilizamos un indicador de picada, muy a menudo compuesto por hilo bicolor "especial ninfa".
Pero según la técnica y el material, puedes utilizar un indicador trenzado, un pompón de lana o hilo o una bolita de masa de colores.
Para la pesca con euronimfa o ninfa española o checa, con cañas específicamente diseñadas para esta técnica (entre 10 y 11 pies para 2 y 4 líneas), se utilizará a menudo una línea bicolor del mismo diámetro que el cuerpo de línea.
Por lo tanto, bajo este indicador debe colocarse una longitud de punta que corresponda a la profundidad de la estación y un diámetro adaptado al color del agua, al tamaño de los peces capturados y al carácter receloso de los peces. A menudo se utiliza un diámetro comprendido entre 16 y 10°, o incluso menos, ya sea en nailon o en fluorocarbono.
Por lo tanto, hay que vigilar constantemente este indicador, que arrastra la corriente cuando el peso de la ninfa se adapta a la velocidad, acompañarlo con el brazo y la caña, y picar a la menor anomalía. La picada suele caracterizarse por un retorcimiento de la línea, un movimiento lateral y una parada repentina. Por lo tanto, el golpe debe ser muy rápido, pero no demasiado potente para no romper la punta.
La mayoría de las veces, hay que hacer derivas inertes y dejar que la corriente arrastre las ninfas como si fueran un insecto o una larva. Sin embargo, a veces es prudente animar las moscas en el momento o al final de la deriva para provocar las picadas. En ciertos días o a ciertas horas del día, ésta es la clave de la pesca. Esta animación consiste en agitar tus imitaciones, pero sobre todo en levantar la caña para hacer subir las moscas hacia la superficie.