Los muelles y las rías son lugares típicos de pesca de peces carnívoros en agua dulce en determinadas estaciones y condiciones meteorológicas. Ignorarlos en estos contextos tan específicos es una forma segura de perderse un gran día de pesca

Al abrigo de la corriente
La principal ventaja de las dársenas y los meandros en los ríos es que ofrecen una zona con poca o ninguna corriente. Esto los convierte en un lugar ideal al que retirarse durante las crecidas.
Turbidez
En muchos casos, también existe una diferencia de turbidez entre el agua del lecho principal y la del brazo muerto, haya o no crecida. Esto permite a las especies elegir una zona de espera que corresponda a sus preferencias en términos de luminosidad, pero también aprovechar las zonas de caza que ofrecen una mejor visibilidad.

La temperatura
Por último, una gran ventaja, sobre todo en invierno, es el confort térmico que ofrecen estas zonas tranquilas. Hay poca agua corriente y es habitual que el agua esté un grado más caliente, lo que es sinónimo de comodidad para los animales de sangre fría, como los peces.
La presencia de blancos
La característica anterior suele dar lugar en invierno a grandes concentraciones de peces blancos en busca de consuelo. Ni que decir tiene que detrás de esta despensa se encuentran todas las especies carnívoras del río.

Inspeccionar los bordes
En la prospección de estos lugares, hay que buscar, por supuesto, concentraciones de peces blancos en invierno, pero también hay que peinar metódicamente las orillas, que son siempre puestos estratégicos de acecho y caza. De hecho, generalmente encontrará peces en la frontera entre el agua clara y la sucia, pero también en la confluencia de la corriente principal y la calma.

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