¿Qué entradas de agua?
Ya sea un río o una masa de agua, puede haber muchas entradas de agua, tanto artificiales como naturales. Puede tratarse, por supuesto, de un arroyo, pero también de agua de lluvia o (por desgracia) de aguas residuales o de refrigeración de una fábrica.

¿Por qué?
Las ensenadas suelen ser lugares excelentes para la pesca de depredadores porque concentran alimento y, por tanto, peces de cebo, suelen ser una fuente de confort térmico y un punto estratégico para una caza eficaz.
La diferencia de temperatura entre el curso de agua principal (o masa de agua) y la entrada de agua suele ser significativa, o al menos suficiente para ser buscada por la fauna piscícola. Según la estación y la naturaleza del agua, puede tratarse de agua dulce o de agua templada.
Además, una afluencia de agua de cualquier tipo es siempre una fuente de nutrientes adicionales y, por tanto, una zona de presas potenciales para los carnívoros.
En función de la estación y, una vez más, de la naturaleza del agua, una entrada de agua puede crear una diferencia de turbidez favorable a la caza de determinadas especies y, por tanto, favorecer su presencia.
Por último, cuando se marcan las corrientes principal y secundaria, en la confluencia de dos corrientes se crean zonas de desviación de la corriente, aceleración, calmas y remolinos que, una vez más, concentran el alimento, pero también ofrecen zonas de descanso y caza.
¿Qué especies pescar?
Aunque al lucio no le gustan especialmente las aguas turbias, todas las especies carnívoras pueden encontrarse alrededor de las entradas de agua. Cuando hay diferencia de color, y sobre todo cuando el agua está turbia debido a la lluvia, es mucho más frecuente encontrar siluros y luciopercas.
Por otro lado, cuando el agua está clara, encontrará percas y lucios con más frecuencia de lo habitual.

¿Cuándo hay que prospectar?
Como puede ver, aparte de la presencia de presas potenciales, todo el sentido de las llegadas de agua reside en las diferencias de turbidez, caudal y temperatura entre el lecho principal y la fuente secundaria.
Por tanto, estos puntos serán de interés cuando los depredadores busquen el delta de temperatura para sobrevivir o, al menos, cuando la búsqueda de comodidad sea prioritaria. Puede ser en verano, cuando el agua está fresca y oxigenada, o en invierno, cuando el agua está más caliente apenas uno o dos grados.
La diferencia de turbidez también es determinante cuando el agua es especialmente clara o, por el contrario, gredosa. Los arroyos pequeños son especialmente sensibles a las precipitaciones y pueden aportar rápidamente agua turbia a una masa de agua o a un río.
Una gran diferencia de caudal también puede ser interesante porque puede crear una zona más oxigenada que la media, lo que puede ser muy interesante cuando hace mucho calor, o por el contrario, puede favorecer las desviaciones de corriente y la creación de zonas de calma.

¿Cómo abordarlos?
Evidentemente, todas las técnicas son posibles para explotar estos puntos. No obstante, es importante recordar que los sectores clave son las zonas de rompiente y de borde, ya sea por la corriente o por el color del agua, y que, por lo tanto, hay que prospectarlas de forma prioritaria y metódica.