Pesca del cabracho, un pez agresivo

© Antonin Perrotte-Duclos

En la pesca de roca, el cabracho es un pez que puede encontrarse con frecuencia. Es un pez capaz de esconderse hábilmente, pero puede encontrarse fácilmente si se sabe dónde buscar.

Comportamiento del pez escorpión

Un poisson qui aime se cacher
Un pez al que le gusta esconderse

El pez escorpión pardo es un pequeño pez depredador del Mediterráneo que utiliza su mimetismo corporal para mimetizarse con su hábitat y ocultarse así de sus presas. Sale de su escondite cuando se le presenta la oportunidad de comer. Su cuerpo suele ser de color marrón, con pequeñas aletas de piel que imitan las algas de una roca.

En el dorso, las branquias y el vientre, el pez escorpión tiene espinas venenosas que le sirven como arma de defensa contra posibles depredadores. Se esconde principalmente en diques, en agujeros de la costa rocosa y en grupos de posidonia.

Es un pez bastante nocturno, con muy buena visión, que aprovecha la oscuridad para hacerse totalmente invisible a sus presas.

¿Dónde encontrarlo?

Saber dónde se encuentra el cabracho es esencial si quiere pescarlo. En general, hay que favorecer las zonas rocosas, donde el cabracho puede camuflarse fácilmente. Se alimenta de diversos crustáceos, como cangrejos y gambas, pero también de peces pequeños que creen estar a salvo bajo una roca.

Prefiere los rincones oscuros durante el día y sale de su guarida por la noche, no lejos de su agujero favorito, por si se acerca algún peligro. Al cabracho le gustan las zonas poco profundas en verano, de 0 a 10 metros, pero también puede encontrarse a casi 100 metros de profundidad.

Las zonas donde las corrientes o las olas barren el fondo les permiten agarrar una gamba o un cangrejo a la deriva al pasar. Evite las zonas arenosas, ya que el cabracho no puede esconderse allí y se mantendrá alejado de ellas.

Pêcher la rascasse la nuit
Pesca nocturna del cabracho

Pescar cabrachos

Ahora que nos encontramos en una zona en la que están presentes los cabrachos, tendremos que conseguir atraerlos. Ya sea de día o de noche, el rockfishing es sin duda la técnica más eficaz para capturarlos.

Elija señuelos blandos de pequeño tamaño, no más de 5 cm, que se asemejen a crustáceos o incluso a alevines de pescado. Una cabeza de plomo de hasta 3 gramos le permitirá bajar rápidamente al fondo, la zona de vida del cabracho. Las animaciones deben realizarse en las proximidades de los agujeros o de las fallas creadas por montones de piedras. Unos diez segundos de rebote del señuelo en el fondo suelen bastar para sacar al cabracho del agujero, si lo hay.

Peina todas las grietas a las que puedas llegar fácilmente con tu señuelo, sin perderlo nunca de vista. A veces te sorprenderá la violencia del ataque de un cabracho, decidido a tragarse tu señuelo y volver a esconderse en su agujero.

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