El pescado, cebo esencial
Vivo o muerto, entero o en trozos, el pescado azul es un cebo básico para los grandes depredadores marinos. Desde las tallas más pequeñas hasta las más extremas, habrá algo para todos los gustos, desde garrofas a lubinas, pasando por róbalos, e incluso para los más masivos, atunes y tiburones.
Las anchoas, el salmonete, la faneca, las sardinas, la caballa, el pez aguja y el jurel se utilizan principalmente como cebos para depredadores como el congrio, el magre y la lubina, pero también los espáridos como la dorada, el sars, el besugo o el oblad para los depredadores de fondo. En invierno, el arenque es un cebo muy interesante para pescar pescadillas o peces planos, es un cebo sustitutivo muy atractivo para sustituir a las lombrices que escasean en la estación fría. El arenque puede lanzarse fácilmente desde la playa y está disponible todo el tiempo en su pescadería. Para los pescados frágiles, muertos enteros o en trozos, aconsejo embutirlos con hilo elástico muy fino.
El aceite de sardina es un gran aditivo, sumergiendo en él el pescado muerto, entero o en trozos, durante unos minutos.
Cuando se utilicen peces como cebo, hay que procurar respetar la talla legal de captura de los peces utilizados.

Cómo obtener y almacenar pescado para pescar
La pesca marítima en los puertos o desde los grandes diques le satisfará para pescar peces pequeños, mújoles, caballas y diversos espáridos. Se puede pescar tanto al lanzado como con sedal, o incluso al curricán, en busca de anguilas, lanzones y otros peces pequeños. Estos lugares son especialmente interesantes, porque los peces pequeños son numerosos y son seguidos de cerca por los depredadores.
Cuando se trata de peces vivos, basta con pescarlos y ponerlos en un tanque en el barco o en un cubo, cambiando el agua con regularidad. Puedes intentar mantenerlos en un acuario de agua de mar con más o menos éxito dependiendo de la especie. Personalmente, siempre consigo cogerlos justo antes de utilizarlos, que es cuando están más presentables, vigorosos y frescos. Cuando estén muertos, consérvelos en la nevera enteros o en trozos, ligeramente salados para las especies más frágiles.

El pescado más utilizado
