La ostra, un molusco común
Las ostras se consiguen fácilmente en las pescaderías, pero hay muchas posibilidades de recolectarlas uno mismo. Las ostras silvestres pueden recogerse en excursiones de pesca o incluso en zonas menos frecuentadas. Muchos mariscos pueden recogerse en puertos y zonas rocosas, donde hay menos presión pesquera. Por supuesto, si se recogen ostras en los puertos, no deben comerse, sino simplemente utilizarse como cebo de pesca.

Para cumplir la legislación vigente, hay que comprobar los periodos de pesca autorizados y las tallas mínimas de captura. Todas las variedades de ostras son aptas para la pesca, aunque hay que privilegiar los moluscos más grandes y gordos.
Pesca con ostras
Se pueden utilizar distintas técnicas de pesca para capturar carne de ostra: pesca con corcho, pesca al toque o pesca con cuña. Las ostras se utilizan principalmente como cebo en mares tranquilos alrededor de zonas rocosas o puertos. Muchas especies de peces pueden pescarse con ostras como cebo.
Las sardinas, los salmonetes y los sargos disfrutan con la mayoría de los mariscos, incluidas las ostras. Los marrajos, como la mayoría de los peces pequeños, tampoco son insensibles a un anzuelo debidamente cebado. El volumen de cebo que hay que poner en el anzuelo depende de la especie buscada y del tamaño del anzuelo necesario.

Endurece la carne para un mejor agarre del anzuelo
El principal inconveniente de la ostra como cebo es que es un molusco de carne muy tierna. Por ello, su sujeción al anzuelo no siempre es eficaz y puede complicar la pesca. Sin embargo, es posible reforzar la carne de la ostra salándola.
Para ello, coloca la carne de la ostra sobre una superficie absorbente (un cajón de madera, por ejemplo) y esparce un poco de sal sobre la carne. De este modo, el jugo de la carne saldrá al cabo de unos 3 días. Esto endurecerá la carne y la conservará durante varios días.