Día 1, hacia Bogotá
Jueves 25 enero, 21:48: " Hola Julien, me voy a pescar a Venezuela el lunes por la tarde. Philippe no puede venir. ¿Te interesa? Vuelvo en 12 días. Chris. "Quince largos segundos de estupor. Diez segundos de ensoñaciones exóticas. Cinco segundos para desconectar, para darme cuenta de que estaba a punto de volverme irracional y sucumbir a la locura de la pesca.
Les ahorraré todos los detalles de las negociaciones, la meticulosa preparación y las cortas noches antes de encontrarme, exhausto, en el aeropuerto en compañía de mi amigo Christophe. Rumbo a Bogotá, Colombia. Ocho horas más tarde, Julien Pieroz, el jefe de Oni Fishing, nos recibe con una sonrisa. La organización está bien engrasada y los clientes de nuestro grupo no son, al parecer, su primer viaje a Sudamérica con él. La mayoría ya se conocen bien. Incluso lucen imponentes tatuajes del pez que vamos a cazar durante una semana en Venezuela: el pavón.
Un destino de ensueño para capturar grandes pavos reales
También hay que decir que este viaje es sencillamente excepcional. Tenemos el privilegio de ser los primeros en explorar esta zona salvaje del río Pasimoni, durante mucho tiempo controlada por los narcotraficantes. Conocida por su abundancia de peces trofeo, no es raro pescar ejemplares que se acercan al récord mundial de la IGFA, 91 cm. Cuenta la leyenda que incluso se capturó un pez de 94 cm durante la fase de exploración... En resumen, éste es probablemente el mejor lugar del planeta para pescar el pez de sus sueños.
Vuelo en bimotor sobre la selva
Tras dos días de estancamiento, por fin embarcamos en una avioneta de unos diez asientos. Aún nos quedaban 1.200 km para llegar a la selva venezolana Como todos estábamos limitados a 20 kilos, nos pesaron y nos obligaron a llevar sólo lo imprescindible. Sobrevolar el Amazonas durante dos horas y media es una experiencia inolvidable. Uno se da cuenta de su inmensidad y densidad, pero también de su fragilidad. Tras una parada de bienvenida en medio de la selva, por fin aterrizamos.
Remontando el Orinoco en piragua
Allí, nos toman a cargo los miembros de una tribu local (los El Ninal), cuyos huéspedes seremos durante una semana. Comienza la travesía de 4 horas por el Orenoque. Las piraguas sortean hábilmente las rocas y los rápidos mientras contemplamos la espectacular flora y fauna. Al caer la noche, por fin llegamos a nuestro campamento. Nos asombramos al descubrir un lodge de madera de primera calidad con tejados tradicionales. Equipado con seis habitaciones dobles (electricidad y wifi), una zona de restaurante con chef y servicio, todo ello en condiciones absolutamente selváticas. ¡Estamos todos hechizados!
Sesión informativa y colocación de las barras
Antes de cenar, preparamos nuestras cañas y escuchamos las instrucciones de Julien sobre seguridad, liberación de peces, obligación de utilizar anzuelos sencillos, señuelos y técnicas preferidas. Todo despejado. Ahora sólo queda descansar un poco antes del amanecer. Ahora todos esperamos que este famoso río Pasimoni esté a la altura de sus promesas.