¿Arena o grava?
No todas las playas atraen a la lubina rayada. Las playas de grava y guijarros tienen claramente más éxito que las de arena.

Una pista para saber si la playa en cuestión puede ser frecuentada por lubinas es fijarse en la presencia de cadáveres de cangrejos o conchas en la playa. De hecho, estos restos dejados por las aves y las mareas son un muy buen indicador del alimento que las lubinas pueden encontrar en este lugar.

Por último, el mejor momento, si no el único, para explorar las playas es cuando sube la marea, ya que los peces buscan comida. Una vez pasada la marea alta, es más rentable explorar otros lugares.

Pesca de lubina rayada con babosas
Para abordar la playa, basta con un señuelo: ¡la babosa! Este señuelo tan sencillo se adapta perfectamente a la pesca en aguas poco profundas. Basta con montarlo en una cabeza de plomo de peso medio, entre 10 y 30 gramos según el tamaño del señuelo utilizado, ¡y listo!

En cuanto a la animación, una recogida continua con la caña hacia abajo y algunos golpes de caña para dar más vida al señuelo son más que suficientes. Esto permite que el señuelo se mueva a lo largo de la playa mientras se prospecta rápidamente.
¿Qué babosa elegir?
En cuanto a las babosas, hay que tomar modelos macizos, de entre 10 y 20 centímetros, ¡y olvidarse de las que se desgarran a la menor solicitud! De hecho, los lances fuertes, sumados a las numerosas capturas, dañan las bolsas de los señuelos.
Para minimizar las pérdidas, enrollar el señuelo en distintas direcciones o acortarlo no afectará a las picadas cuando los peces estén muy activos, lo principal es acertar con el color. Por lo tanto, es aconsejable llevar varias opciones de color, como blanco, espalda verde, espalda azul, naranja y rosa.

Tengo especial predilección por el Slug-Go, de Lunker City, que es resistente y nada por sí mismo gracias a las muescas de su cuerpo. También puedo mencionar el Crazy Sand Eel de Fiiish, que es muy adecuado para este tipo de prospección.
En este segundo día en Gaspésie, el momento en el que pesqué muchos peces fue durante la subida de la marea, en una playa. Luego busqué en diferentes lugares, sin resultados. Creo que lo que hay que recordar es que no hay que conformarse con un solo tipo de lugar, sino ser capaz de acercarse a distintos entornos, en distintos momentos.
Si no me hubiera aventurado en esta playa, el día me habría parecido muy largo y me habría perdido una buena sesión.