Aunque algunos pescadores de depredadores lo consideran menos atractivo y menos noble que una perca, un lucio o una lucioperca, el cacho es, sin embargo, un luchador endiablado, tan inteligente como poderoso.
El cacho, ¡un auténtico omnívoro de los ríos!
El cacho es un pez blanco de la familia de los ciprínidos, que comparte con la carpa, la cucaracha, el rotengle y el barbo, entre otros Sus aletas anal y pélvica pueden ser rojas según el lugar y la época del año. Tiene la boca redonda, bastante ancha y los labios carnosos.
Se encuentra por toda Francia, con preferencia por los ríos y arroyos con corriente, que aprovecha para alimentarse. Auténtica devoradora de venas de agua, es muy oportunista y se alimenta de todo lo que encuentra Larvas, lombrices, frutos que caen de las orillas, huevos de peces e incluso alevines pueden constituir la comida de un cacho. A medida que se acerca el verano, el cacho tiende a desplazarse por debajo de la superficie y alimentarse de moscas, insectos y fruta que encuentra en la superficie. Al principio de la temporada, cuando el agua está todavía relativamente fuerte, se alimentan mucho de peces pequeños, lo que los convierte en presas ideales para pescar con señuelos pequeños.

Equipo para la pesca de cacho
Lo ideal es utilizar una caña que te proporcione la máxima emoción con los peces más pequeños sin arriesgarte a perder tu nuevo récord si aparece. Una caña bastante larga (entre 2 y 2,30 m) permite lanzar lejos y con precisión. En cuanto a la potencia, una caña de 2-10g o 3-15g con mucha reserva de potencia es ideal para frenar a un gran cacho si es necesario. Esta caña debe ser lo más resonante posible para darte toda la información que necesitas para leer el fondo y, sobre todo, para detectar los toques, a veces sutiles, de la corriente. Combinado con un carrete de tamaño 2000 equipado con un trenzado de 10 centésimas y un bajo de línea fluorado de 20 a 24 centésimas, conseguirá el mejor compromiso entre resistencia, discreción y placer.

En primavera, ¡búsquelas en los pozos!
En cuanto termina el periodo de desove (finales de primavera/principios de verano), los cacho siguen agrupados en los charcos y se alimentan mucho para recuperar fuerzas.
Con las lluvias y el comienzo del deshielo, aumenta el caudal de los ríos y arroyos y los cacho están activos, pero es menos fácil encontrarlos en el agua teñida.
Sus posiciones preferidas suelen estar en las venas más profundas del río, donde se alimentan. A la espera de una presa fácil que pase ante sus narices, el cacho se posiciona en los tramos más profundos, donde la corriente es un poco menos fuerte. La clave del éxito reside en la profundidad a la que debe pasar el señuelo. Los señuelos ideales para este tipo de pesca son los pequeños y blandos, que resultan menos costosos si se enganchan en el fondo y, sobre todo, se adaptan mejor a este tipo de pesca a la deriva.
Adaptando el peso de la cabeza de plomo, es posible ir más o menos profundo, a la misma velocidad que la corriente. La idea es lanzar el señuelo ¾ de la corriente, dejarlo hundirse en la capa de agua y dejarlo derivar a la misma velocidad que la corriente, dándole pequeños golpes con la púa para que la pala entre en acción. Las vibraciones de un pequeño sábalo harán que el cacho identifique fácilmente a su presa, ¡incluso si el agua está contaminada!
Si el agua es más clara, una imitación de insecto montada en una cabeza de plomo también puede marcar la diferencia, ¡con el mismo tipo de animación!

A veces el pez se da la vuelta y nada río abajo con el señuelo en la boca, pero otras veces es más sutil y se detiene brevemente. En este caso, tendrás que golpear con eficacia para clavar el anzuelo
Es entonces cuando comienza una potente lucha, durante la cual hay que evitar que el líder roce demasiado fuerte e impedir que el pez se refugie en las ramas de la orilla si lo hace. Algunos ejemplares pueden llegar a medir más de 60 cm, ¡lo que los convierte en grandes luchadores! Aunque son más solitarios que los juveniles, no es infrecuente encontrar grandes cacho en bancos, así que mantenga con cuidado al primer pez en la red de desembarque antes de devolverlo a su entorno. Esto evitará que el pez vaya a avisar a otros peces y a veces le permitirá capturar una serie de bonitos peces con bastante rapidez.