Fue tras su participación en su primer Campeonato del Mundo de Trucha cuando los competidores franceses democratizaron el uso de imitaciones de polillas para la pesca de la trucha con señuelos en Francia.
Señuelos muy utilizados por los pescadores italianos
Los competidores franceses no han inventado nada, pero han democratizado de muchas maneras esta pesca tan técnica y divertida. Nuestros amigos italianos fueron los primeros en desarrollar esta técnica y el uso de estos señuelos. De hecho, los italianos casi siempre han dominado las competiciones de pesca de trucha con cebos naturales, muy populares entre los años 90 y 2010 al otro lado de los Alpes.
Cuando aparecieron los primeros campeonatos de señuelos para truchas, los italianos transfirieron naturalmente su saber hacer utilizando señuelos que imitaban los cebos que ellos utilizaban y dominaban en gran medida: las teignes.
¿Qué es la tiña?
Una polilla es una larva de mariposa. Se utiliza mucho para la trucha, porque la normativa de 1ª categoría prohíbe el uso de larvas de dípteros. La polilla no es una larva de díptero, pero se parece mucho a una y, por tanto, permite mantenerse dentro de las normas. Mide entre 1,5 y 2,5 cm y es de color blanquecino y amarillento.
¿Cómo utilizar las imitaciones de polillas?
Existen básicamente dos formas principales de utilizar las polillas. Debe saber que se trata de un señuelo extremadamente sencillo y básico. No es nadador y no tiene un apéndice vibrador como un sábalo o una coma. No obstante, puede jugar con el tamaño, la densidad y la flexibilidad del material, o con el cebado, para variar las presentaciones.
La presentación básica consiste en presentarla en la corriente lanzando 3/4 aguas arriba, haciendo que la polilla derive como lo haría una larva natural en la corriente. Toda la sutileza de la presentación reside en el plomo de la cabeza emplomada (anzuelo simple con bola de tungsteno o latón) y el acompañamiento de la deriva por parte del pescador. Si el señuelo es demasiado pesado, la trucha tendrá dificultades para recogerlo del fondo y la gestión de la línea se complica porque el señuelo se posa regularmente en el fondo.
Si el señuelo es demasiado ligero, obliga a la trucha a hacer un esfuerzo para subir a por el señuelo, cosa que no siempre accede a hacer, sobre todo en competición sobre peces estresados.
Se trata de una pesca alimentaria, es decir, no se atrae a la trucha a picar con fuertes estímulos vibratorios y visuales mediante el "atraco", sino que se le ofrece una presa imitativa a la deriva que seducirá a la trucha como un bocado apetitoso.
La otra presentación, utilizada a menudo cuando se pesca río abajo o en corrientes débiles (o incluso en lagos) consiste en llevar la polilla hacia atrás y animarla haciéndola girar. El lastre puede estar en la cabeza del anzuelo o en la caña (alambre de plomo fino o pequeña bola de tungsteno en la caña). Es una presentación que mezcla la gestión de la deriva y la alimentación con animaciones y una presentación más incentivadora.
Adaptar la caña para pescar polillas
Es necesario utilizar una caña cuya longitud venga dictada por la anchura del río que se esté pescando.
La longitud varía entre 1 m50 para los arroyos y hasta 2 m70. Rara vez encontrará más largas, ya que la normativa internacional para la pesca con señuelos en competición prohíbe el uso de cañas de más de 2m70...
En el arroyo, la polilla es muy relevante, porque permite pescar puntos muy pequeños y cortos donde un señuelo clásico (spinner o pez nadador) ni siquiera tiene tiempo de nadar y ser eficaz.
Una caña UL (Ultra Lightweight) es casi indispensable para lanzar correctamente un señuelo que rara vez supera los 2 gramos. Una punta llena es un plus para evitar atascos, sentir los mordiscos o gestionar mejor las pequeñas animaciones.