Dominar la pesca de pequeños pelágicos, los consejos adecuados para triunfar

© Perrotte-Duclos Antonin

La pesca de pequeños pelágicos a la caza no es algo que se pueda improvisar. Cada especie tiene un comportamiento diferente y conocer algunos detalles importantes le permitirá ser mucho más eficaz una vez en el agua.

Identificar las especies de peces

Es importante saber qué especies de peces se cazan para poder adaptar la pesca y la ubicación de las embarcaciones.

Los pelámidos tienen un comportamiento muy agresivo. Golpean la superficie del agua a gran velocidad, generando un chapoteo similar al de un popper. Las cacerías de pelámidos son muy intensas, pero suelen durar poco tiempo.

Savoir identifier l'espèce
Saber identificar las especies

El bonito y el atún son algo más discretos, hacen lo que se llama "porpoising". Estos peces suben desde las profundidades y rozan ligeramente la superficie antes de descender unos metros para seguir subiendo. El chapoteo es pequeño, pero algunos peces saltan completamente fuera del agua cuando alcanzan la superficie a demasiada velocidad.

La caballa y la gallineta nórdica crean cacerías que se mueven muy poco, a menudo dispersas. Suelen reconocerse por los remolinos que forman en la superficie y el ruido que hacen, como una gran gota de agua cayendo sobre la superficie.

Abordar la caza desde el punto de vista del pez

Cada especie de pez caza de una manera diferente, por lo que es importante adaptar su enfoque en función de determinados parámetros.

Las cacerías de pelámidos suelen ser muy cortas, así que acérquese rápidamente a menos de 100 metros, luego reduzca la velocidad y deje que la zona de la embarcación haga el trabajo. Los pelámidos suelen ser muy tímidos y una embarcación que se acerque demasiado provocará inevitablemente que estos depredadores indaguen.

Lancer précisément pour avoir un résultat
Lanzar con precisión para obtener un resultado

El bonito y el atún cazan moviéndose muy deprisa, por lo que es muy importante anticiparse al movimiento de los peces y colocar la embarcación de forma que los peces se acerquen a ella. Seguir la caza de estos peces es casi imposible debido a su impresionante velocidad de movimiento.

Los lucios y las caballas son sin duda los más fáciles de abordar, pero hay que mantener la discreción y no acercarse demasiado. Las cacerías no suelen ser muy densas y se extienden por una superficie de 100 a 200 metros cuadrados. Lo ideal es situarse en la periferia, a una distancia de lanzamiento, sin apagar el motor. Estos peces suelen aprovechar el ruido de un barco que pasa para evitar ser oídos por los peces forrajeros, en compensación por la lenta velocidad de natación que tienen en comparación con otros pelágicos.

Colocación del señuelo

Lanzar el señuelo en el lugar adecuado, ya sea un jig, un señuelo blando o un señuelo duro, es el factor más importante en la pesca deportiva.

Los pelámidos, que tienen cazas muy densas, pueden picarse simplemente justo en el centro del caldo o en las periferias, son los peces más fáciles de picar una vez que el señuelo está en la caza.

El atún y el bonito son otra historia, es imprescindible colocar el señuelo fuera de la caza, pero en la dirección en la que van los peces. Un señuelo que cae perfectamente sobre el caldo a menudo será ignorado, pues el pez ya se habrá desplazado unos metros.

Tendrá que ser lo más preciso posible para enganchar caballas y gallinetas, el objetivo es caer lo más cerca posible de un caldo. Estos peces suelen permanecer unos segundos en la misma zona, por lo que es fácil decidir si el lance está bien colocado.

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