Cefalópodos
Los cefalópodos son moluscos, invertebrados acuáticos. Etimológicamente, la palabra "cefalópodo" podría traducirse por "cabeza con pies". Una voluminosa cabeza como cuerpo y "pies", tentáculos y brazos que terminan el cuerpo directamente, sin abdomen. Estos brazos, provistos de ventosas, sirven para agarrar presas, defenderse o nadar. En la base de estos tentáculos hay un pico en forma de boca. Sirve para matar presas muy diversas: peces, mariscos, crustáceos, otros cefalópodos, etc. Los cefalópodos son criaturas fascinantes en muchos sentidos. Son animales muy inteligentes, capaces de aprender y resolver problemas.

También tienen la capacidad de cambiar de color, gracias a los fotóforos, unas células especiales situadas en la piel. Este cambio de color tiene múltiples usos: camuflaje, comunicación e incluso hipnotizar a las presas
Aún disponen de un medio de defensa poco habitual: la tinta. Un líquido espeso, pegajoso y ligeramente irritante que sirve para confundir y disuadir a los depredadores. Un líquido precioso que se utiliza desde la antigüedad para fabricar tinta china.

Cefalópodos en la costa francesa
En nuestras costas francesas se pueden encontrar varias especies de cefalópodos. Una de las más fascinantes es el curioso y travieso pulpo. Se encuentra sobre todo en el Mediterráneo. El calamar blanco también se encuentra en el Canal de la Mancha, el Atlántico y el Mediterráneo. Es un pez técnico y simpático que le mantendrá ocupado en las largas tardes de invierno. Por último, está la sepia, un cefalópodo que se encuentra en muchas costas y que es a la vez fácil y muy difícil de atraer.

Acechar a estos animales con señuelos es muy diferente de acechar peces. Sus morfologías no son muy comparables, por lo que hay que utilizar los señuelos, el equipo y el enfoque adecuados. Los señuelos se arman, se nadan y se colorean de forma diferente para adaptarse a la fisonomía de nuestros amigos con tentáculos. Conozcamos mejor las distintas especies y las técnicas para capturarlas