Pesca en zonas cercanas a la costa
El viento del mar abierto hacia la costa empuja a los peces forrajeros hacia la orilla. Como resultado, los depredadores siguen este movimiento y también se acercan a la costa.
Como pescador, debe tenerlo en cuenta a la hora de planificar su estrategia de pesca. Desde la orilla, tiene muchas posibilidades de disfrutar de grandes sesiones. Por lo general, los peces se encuentran muy cerca de la orilla, donde transportan el alimento.

Agitación en superficie y mezcla en el fondo
El viento genera olas y una agitación de la superficie del agua que remueve el fondo marino, liberando alimento que los peces buscan activamente. Esta agitación también mejora la disolución del oxígeno en el agua, estimulando la actividad de los peces.

Las zonas arenosas son lugares excelentes en estas condiciones, al igual que las partes rocosas. Muchos crustáceos y peces pequeños se refugian en las rocas. La agitación del mar los desplaza, lo que atrae a los peces depredadores, a los que no les queda más remedio que alimentarse.

Un impacto en la temperatura del agua
Si hay un parámetro que puede alterar literalmente el comportamiento de los peces, ése es la temperatura del agua. Según la naturaleza del viento, puede enfriar o calentar la superficie del agua.
Un viento frío del norte o noreste enfría el agua. La actividad cerca de la superficie será entonces casi inexistente, y será necesario buscar peces a mayor profundidad. Sin embargo, este viento también tiene el efecto de oxigenar el agua, lo que significa que los peces seguirán activos en la capa de agua.

La influencia del viento en la visibilidad
Las turbulencias del agua nublan la visión de los peces, haciéndolos menos cautelosos. Pescar en las zonas espumosas, donde las lubinas pueden esconderse fácilmente para interceptar las presas arrastradas por esta conmoción, suele dar buenos resultados. También se reduce el ruido ambiente, lo que facilita acercarse discretamente a determinados puntos.
