Biología e impacto
Los piojos de mar se adhieren a la piel, aletas o branquias de los peces y se alimentan de su mucosidad, piel e incluso sangre. También pueden vivir en la lengua de los peces, sobre todo en las lubinas y los marlines del Mediterráneo.
Su presencia puede causar lesiones cutáneas, úlceras, inmunodeficiencia, crecimiento más lento y mayor vulnerabilidad a infecciones secundarias, especialmente en los peces jóvenes.
Se dan de forma natural en entornos marinos, pero se están convirtiendo en un problema importante en las piscifactorías (sobre todo de salmón), donde la densidad favorece su proliferación y transmisión entre individuos.
Las infestaciones masivas pueden provocar importantes pérdidas económicas para la acuicultura y repercutir en las poblaciones salvajes cuando migran cerca de las piscifactorías.

¿Qué debo hacer si un pez que he pescado tiene piojos de mar?
No es raro encontrar peces atrapados en las garras de estos parásitos. ¿Qué hay que hacer? En primer lugar, hay que examinar el pez y quitarle todos los piojos tirando de él. No olvides mirar en la boca del pez. Lo mejor es matar los piojos para que no vuelvan a colonizar otros peces. A continuación, puede liberar al pez o, si desea comérselo, es perfectamente posible, ya que los piojos de mar no contaminan la carne del pescado. Algunos pescadores incluso utilizan los piojos de mar como cebo...
Gestión y problemas
La gestión de los piojos de mar es una cuestión crucial para una acuicultura responsable, con métodos de control que evolucionan para limitar el uso de tratamientos químicos y favorecer las soluciones no medicinales.
Algunas especies de piojos de mar se han hecho resistentes a los plaguicidas, lo que dificulta su control en la cría intensiva.

En resumen, los piojos de mar son parásitos marinos muy extendidos, perjudiciales para la salud de los peces y especialmente problemáticos en las piscifactorías, y su control representa un gran reto para la industria acuícola.