¿Por qué el Loira?
Decidimos realizar nuestra deriva por el Loira, porque es uno de los únicos ríos de Europa que sigue siendo completamente (o casi completamente) salvaje. No hay navegación interior como en el Sena o el Ródano, por ejemplo, así que hay muy pocas presas que cruzar. Dicho esto, el Loira es un río con un caudal muy variable. Basta una violenta tormenta río abajo para que el nivel del agua fluctúe rápidamente. Por eso tuvimos que esperar al verano, cuando los caudales son más bajos, para realizar nuestra deriva.
Cuando baja el nivel del agua en verano, quedan al descubierto grandes bancos de arena. La balsa pesaba casi 600 kilos, así que quedarnos atascados estaba descartado. Saber leer la corriente fue una de nuestras mejores cartas.

Especies objetivo y equipos de pesca
Las dos especies principales que buscábamos eran el áspid y el siluro. Teníamos que ser lo más selectivos y versátiles posible a la hora de elegir los aparejos. Como éramos dos en una balsa, nos conformamos con un bakkan de pesca para dos (que era más que suficiente).
Para el áspid, nos llevamos cada uno una caña mediana de 2m20 (no hacían falta cañas excesivamente largas, pescábamos desde un barco...). Por citar sólo una, la famosa Tenryu 73M se habrá doblado bien y cumplido plenamente su papel tanto por su polivalencia como por su reserva de potencia.
Como señuelos para pescar esta especie, recomiendo siempre tres cajas:
No puede faltar una caja de señuelos de superficie
Para mí, el Asturie 110 es uno de los modelos de referencia imprescindibles: verdadera arma de guerra, puede dispararse a kilómetros de distancia y cubre terreno con eficacia.
Una caja de jerkbait minnow, me estoy repitiendo, pero aquí de nuevo, ¡esencial!
Aquí sólo puedo recomendar el Ryuki (en su versión hundible). El tamaño que más me gusta y que va a todas partes es el Ryuki 80S. Recorre un largo camino, se pesca como ningún otro señuelo en la corriente y, ¡madre mía, merece la pena! El último día, todos nuestros peces fueron capturados con el Ryuki 80S, eso está claro. Un pequeño consejo extra: cuando esté nublado y el tiempo esté bajo, apuesta por colores con un matiz blanco.
Por último, una caja de plantillas para lanzar. Es más probable que salgan en otoño, pero siguen trayendo peces con regularidad.

Para el siluro, no fuimos demasiado lejos y probablemente nos pasamos un poco: una caña y un carrete Penn grandes, trenza 50/100 y bajo de línea 110/100. No se produjo ninguna rotura. Cuando quieras empezar a pescar estos grandes peces bigotudos, asegúrate de usar anillas rotas y anzuelos reforzados, de lo contrario te abrirán la boca muy rápidamente.
Lo unico que lamentamos es no haber llevado nuestro propio equipo para pescar barbos. Si lo volviéramos a hacer, nos llevaríamos pequeñas palas vibradoras y criaturas, así como una pequeña caña L/ML.
Equipo de vivac adicional
Además, nos llevamos una tienda y dos camas de campaña (para mayor comodidad, teníamos hasta almohadas). Si quieres embarcarte en este tipo de expedición, ¡no olvides algo para hacer fuego y un buen machete! El último pequeño lujo que nos permitimos fueron dos sillas plegables.
Las noches pueden ser frías al borde del agua, incluso en verano. Por suerte, teníamos unos buenos sacos de dormir y sudaderas para abrigarnos
Por último, por supuesto, teníamos todo el equipo electrónico: baterías externas, Gopro, cámara, dron... Todo en bolsas y bidones estancos.
