La pesca del besugo, un pez que no siempre es fácil de encontrar

© Antonin Perrotte-Duclos

El besugo es una especie de pez de la familia de los peces espátula. Se encuentra en el Mediterráneo, principalmente en aguas profundas. Averigüemos qué cebos utilizar y las zonas adecuadas para pescarlos.

Breve presentación

La dorada rosada se reconoce fácilmente por el color rosado de su cuerpo y la característica mancha negra cerca de la cabeza. Tiene ojos muy grandes, adaptados a la vida en profundidad y en condiciones de poca luz.

Se trata de un pez de crecimiento extremadamente lento, que tarda unos 5 años en alcanzar su talla mínima de captura, 30 cm. Los ejemplares más grandes pueden alcanzar los 4 kg en unos treinta años. Vive principalmente a profundidades de entre 100 y 700 metros, en bancos de varios individuos, generalmente de tamaño uniforme. Es un pez muy voraz, que se alimenta de otros peces, calamares y residuos orgánicos que encuentra en su territorio.

Cebos para besugos

La lanière de calamar, un appât à dorade rose
Calamar rayado, cebo para la dorada rosada

La dorada se pesca principalmente con cebo, ya que es sin duda la técnica más eficaz. Existen varios aparejos para seleccionarlas, pero generalmente se trata de palangres de varios anzuelos con muchas cuentas fosforescentes para aumentar su atractivo. Esto permite a los peces detectar visualmente el aparejo a gran distancia.

En cuanto al aspecto olfativo del montaje, a menudo se utilizan pequeños trozos de sardina para liberar olores y atraer a los bancos de peces. El calamar, rojo o blanco, es uno de los alimentos favoritos del besugo. Un tentáculo o un trozo del manto sujetarán bien el anzuelo para que no sea arrancado por la voracidad de los pequeños peces. También puede utilizar gambas, que son muy eficaces pero, por desgracia, demasiado frágiles si no se atan previamente con hilo elástico.

Encontrar las zonas adecuadas

La dorade rose vit en bancs
La dorada rosada vive en bancos

El besugo puede ser difícil de encontrar, ya que no todas las sondas de profundidad son capaces de detectar un pez de menos de 1 kg a 300 metros de profundidad. Sin embargo, a veces los bancos son tan densos que pueden distinguirse. A la dorada le gustan especialmente las mesetas al borde de la bajada, donde la corriente le trae su alimento sin necesidad de moverse.

Este pez prefiere generalmente los fondos rocosos, pero puede contentarse con el barro o la arena si el alimento en la zona es suficientemente abundante. A veces se pueden encontrar bancos a 30 o 40 metros del fondo. Así que no dude en pescar el aparejo ralentizándolo en la bajada o en la subida para no perderse los peces.

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