Profundidad inmediata
El primer punto que hace de las paredes verticales una atracción habitual para los depredadores es que ofrecen profundidad desde el primer centímetro. Esta altura del agua es un parámetro tranquilizador para los peces, de modo que pueden permanecer allí a cualquier hora del día.

Desde las sombras
El segundo punto, que también es una fuente de comodidad para los peces, es el hecho de que estas orillas empinadas y a menudo elevadas ofrecen una zona de sombra en algún momento del día, lo que resulta adecuado para muchas especies.
Una estación de descanso
Teniendo en cuenta las dos características mencionadas, las tablestacas y otros muelles verticales son más lugares de descanso que de caza. Así pues, habrá que aplicar una estrategia para seducir a los carnívoros o hacerles reaccionar.

Dos enfoques diferentes
Por tanto, las dos soluciones son completamente opuestas:
- La primera consiste en irritar a los depredadores para jugar con su instinto agresivo utilizando animaciones erráticas y espasmódicas, sobre todo con la ayuda de señuelos metálicos. Palas, lipless o incluso paletas de plomo le permitirán capturar percidos aficionados a este tipo de alimentación.
- La segunda pista es, por tanto, todo lo contrario y se basa en una pesca muy lenta. El objetivo es presentar una presa tan fácil de capturar que incluso un depredador pueda darse un capricho. La pesca lenta con scratch o drop shot le permitirá realizar algunas capturas.

A la zaga
Como no siempre es fácil localizar peces en estos lugares, la forma más fácil de buscar peces potencialmente activos es al curricán... A pie.
Un cranckbait o un señuelo blando bien lastrado son entonces las armas elegidas, que arrastras en un paseo lento y constante a lo largo de los muelles. Deje de 10 a 15 metros de bandera y pesque en diagonal detrás de usted. De este modo, aumentará sus posibilidades de toparse con depredadores.
Vertical
Por último, tanto si se pesca desde la orilla como a bordo, la pesca vertical es evidentemente una excelente estrategia para prospectar estos largos tramos de ribera. No es ni más ni menos que el curricán antes mencionado, pero a muy baja velocidad.