5 buenas razones para empezar a pescar con flotador

El tubo flotador ofrece muchas ventajas a los pescadores

El tubo flotador, una boya mejorada diseñada para sentarse cómodamente y pescar, es cada vez más popular. Aquí tienes 5 razones por las que los pescadores eligen este tipo de embarcación.

  1. Acceso a nuevas plazas

La primera gran ventaja del tubo flotador, y la que generalmente hace que el pescador se anime a dar el paso, es el hecho de que permite acceder a nuevos lugares. En efecto, la mayoría de los pescadores se inician en esta pasión haciendo prospecciones desde la orilla, pero rápidamente se encuentran con limitaciones para acceder a determinadas zonas, ya sea por la vegetación de los ríos y lagos o por las orillas escarpadas de los canales, los lagos embalsados o los grandes ríos.

Además de poder acceder a estos nuevos lugares, el flotador le permite diversificar su pesca, mientras que la pesca desde la orilla sólo le permite pescar "en los bordes", la pesca a bordo de un flotador le permite pescar en zonas más profundas, pescar en vertical, utilizar la cartografía y el uso de la sonda. Este método también permite acceder a lugares muy concurridos, como bosques de árboles semisumergidos por los que no pueden pasar los barcos. Esta ventaja permite a los pescadores con tubo flotador dar con peces que están sometidos a menos presión de pesca que otros, ¡lo que aumenta los resultados!

  1. Fácil de poner en marcha

Otra ventaja innegable del flotador es que es fácil entrar en el agua De hecho, es posible entrar en el agua casi en cualquier lugar con un tubo flotador, lo que no es posible con un kayak o una embarcación que requiere una cierta proximidad del lugar de estacionamiento y menos aún con un barco, ¡para el que es imprescindible una grada! De hecho, la mayoría de los tubos flotadores están equipados con correas para llevarlo como una mochila, lo que permite desplazarse fácilmente a un remanso inaccesible, a un lago perdido en la vegetación o a un tramo de río con las orillas abarrotadas, por ejemplo.

El despegue se realiza generalmente en sólo unos minutos, el tiempo necesario para meter las nalgas en el flotador y ponerse las aletas. Lo mismo ocurre con la salida del agua, que también puede hacerse en otro lugar, lo que permite hacer recorridos fluviales sin tener que volver necesariamente al punto de partida

  1. Transporte y almacenamiento

Otro punto importante es el transporte. En efecto, un flotador-tubo se vende generalmente en su bolsa de transporte y, una vez desinflado, queda muy compacto y fácil de transportar. Esta bolsa le permite caber fácilmente en el maletero de cualquier coche, a diferencia de un kayak que requiere una gran baca o de una embarcación que debe ser arrastrada en su remolque. Lo mismo ocurre con el almacenamiento No se necesita un gran garaje o una zona al aire libre para guardar un tubo flotador, su tamaño compacto permite guardarlo en un simple armario.

Este pequeño tamaño también permite deslizar el tubo flotador en el maletero del coche cuando se va de vacaciones. De hecho, ¿qué pescador no ha lamentado la falta de una embarcación al llegar a una zona desconocida y de difícil acceso desde la orilla?

  1. Facilidad de uso y reparación

Aunque su utilización pueda parecer complicada para los principiantes, el tubo flotador es muy fácil de manejar, ¡o más bien de utilizar como una aleta! En efecto, el movimiento en flotador, aunque se haga hacia atrás es muy intuitivo y ¡todos los pescadores principiantes se familiarizan con este principio desde los 5 primeros minutos de práctica! La estabilidad y el confort, aunque diferentes según los modelos, son muy cómodos para los principiantes y rápidamente adquieren confianza en su nueva embarcación.

Aunque los tubos flotadores son más frágiles que una embarcación rígida, son fácilmente reparables gracias a los kits de reparación que suelen venir con ellos. En efecto, durante una pesca en zonas muy concurridas, o durante una mala manipulación de un pez o de un anzuelo, se hace rápidamente un pequeño agujero. Luego, pegar un pequeño parche es un juego de niños una vez en casa.

  1. Un precio atractivo

Por último, pero no por ello menos importante, ¡el precio! En efecto, aunque algunos modelos de gama alta superan los 600 euros, es posible equiparse con un presupuesto limitado, algo imposible con otras embarcaciones como lanchas, kayaks y otros barcos.

En general, los precios de los tubos flotadores llevan varios años bajando con su democratización, y es posible encontrar modelos bien equipados en torno a los 250 euros. También merece la pena considerar el mercado de segunda mano para los principiantes que no quieren invertir demasiado antes de probar la aventura de los tubos flotadores.

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