Pesca sin muerte: ventajas, efectos y escollos

La pesca sin muerte o de captura y suelta es cada vez más común entre los pescadores recreativos. Por supuesto, esta práctica tiene muchos efectos beneficiosos para nuestra actividad y para el potencial pesquero de nuestros cursos de agua, pero ¿existen efectos secundarios menos gloriosos?

Con la llegada de las técnicas de pesca modernas, la contaminación ambiental, la conciencia de la pobreza de algunos de nuestros caladeros y simplemente porque la pesca se ha convertido más en una actividad de ocio que en una fuente de alimento, la pesca sin muerte es ahora una práctica muy extendida entre los pescadores.

Conservación del ganado

Para disfrutar al máximo de la orilla del agua, es imprescindible pescar algunos peces, aunque no sea una condición sine qua non. Dado que el medio ambiente se ha visto considerablemente mermado por la pesca irracional y la contaminación, cada vez hay más conciencia de la necesidad de una pesca responsable y ética.

Sin volver sobre los movimientos correctos que hay que realizar para practicar correctamente la captura y suelta, esta práctica tiene innegables efectos beneficiosos sobre nuestra actividad:

  • El número de peces en lagos y ríos es hoy mucho mayor que en años anteriores.
  • La calidad de las capturas también es superior. De hecho, al liberar a los peces, sobre todo a los ejemplares más grandes, preservamos a los mejores reproductores. Los que tienen la dotación genética para sobrevivir, reproducirse y crecer mejor, pero también los que producen más huevos.
  • Concienciación sobre la importancia de mantener el medio ambiente, crear zonas de desove y luchar contra los responsables de la contaminación de nuestros ríos.
  • Como resultado, una nueva oleada de pescadores se está implicando en el sector del voluntariado.
  • Desarrollo de la economía pesquera.

Sectarismo y extremismo

Sin embargo, el panorama no es tan halagüeño como parece, y aunque un buen número de pescadores practican el "no matar" y lo consideran una forma responsable de preservar nuestra afición, también hay algunos intransigentes del "no matar" que no dudan en fustigar a cualquier pescador que conserve un pez, a veces acompañándolo de palabras o gestos inaceptables. Este comportamiento extremista genera sectarismo y división entre los pescadores apasionados.

Aunque está claro que la sobrepesca es intolerable e incluso ilegal, no hay que olvidar que comer pescado con los amigos es también una prolongación del placer que se ha tenido junto al agua, y que a veces puede ser la única oportunidad para algunas personas de probar algunos de los platos más codiciados, y a veces muy caros, de las estanterías de las pescaderías.

Así pues, debemos moderar nuestras convicciones y trabajar por una pesca responsable, ética y respetuosa con nuestras presas, pero sin olvidar que la captura racional es igualmente aceptable.

Los antiespecistas

Para algunas personas, como los antiespecistas, capturar un pez y soltarlo equivale a tratarlo como un juguete, y como tal convierte al pescador en un torturador. Si se tratara de una mera condena moral, podríamos ignorarla. Pero ahora los antiespecistas hacen campaña para que se prohíba pescar en los lugares donde está prohibido el consumo de pescado, poniendo así en peligro nuestra afición. Estos excesos han llevado a Suiza, por ejemplo, a aprobar una ley que prohíbe la pesca sin muerte y, por tanto, la práctica de una actividad que consideran bárbara...

Pesca de gangsters

Hoy en día, bajo el pretexto de la pesca sin muerte, se ha extendido una práctica particular: la pesca gangsta, que consiste en pescar en zonas no autorizadas, en épocas de veda y a veces de noche.

Si el argumento principal es que ya que liberamos nuestras capturas, por qué limitarnos en nuestras prácticas, no debemos olvidar que debemos mantenernos dentro de los límites de la legalidad y, una vez más, de la ética. Los peces necesitan zonas y periodos de tranquilidad para poder reproducirse en paz y tranquilidad y para que nuestro placer pueda continuar. Perturbarlos en sus lugares de desove puede hacer que abandonen la zona y se desplacen a zonas menos adecuadas.

Aprender

El efecto final de la pesca con devolución es que tiende a aumentar la capacidad de aprendizaje de los peces y a hacerlos más recelosos. Atrapados y vueltos a atrapar, se vuelven mucho más difíciles de capturar. Aunque en cierto modo esto hace que la pesca sea interesante, estratégica y técnica, también la hace más difícil y a veces reduce considerablemente la actividad de los peces y modifica sus hábitos de alimentación y sujeción.

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