Las causas de fracaso en cualquier actividad, incluida la pesca, pueden clasificarse según dos criterios:
- Enfoque de causalidad
- Controlabilidad o estabilidad de la causa
Cada vez que atribuimos una causa a un fracaso (o a un éxito) estamos protegiendo nuestra autoestima o poniéndola en peligro. Nos echamos la culpa del fracaso a nosotros mismos o a otra cosa. Estas atribuciones influyen en el análisis y, por tanto, en nuestro proceso de aprendizaje y, en consecuencia, en los progresos que realizamos.
El cruce de estos dos criterios nos da 4 tipos diferentes de causas, que describiremos a continuación.

Causas externas que no se pueden controlar
Su objetivo es echar la culpa a algo totalmente externo a nosotros y que escapa a nuestro control, preservando así nuestra autoestima, ya que el fracaso no es culpa nuestra... Las causas más comunes son el tiempo, el estado de ánimo de los peces, no tener el señuelo adecuado, etc.
Sin embargo, como vimos en el tema anterior, es posible que las causas aducidas no sean reales y que, por tanto, nuestro fracaso se deba a una falta de análisis previo.
Es imposible avanzar si sigues planteando este tipo de causas una y otra vez.

Causas externas controlables
Por ejemplo, un pescador puede atribuir su falta de éxito a que un lugar es demasiado difícil de pescar. Esta causa, externa a él, le permite no cuestionarse y su carácter estable lo será siempre si no aborda el problema desde otro ángulo. " Por ejemplo, puede preguntarse: "¿Cuáles son mis carencias técnicas para pescar este tipo de lugar?" o "¿Cómo debo abordar este lugar para pescarlo correctamente?

Causas internas que no se pueden controlar
A partir de ese momento, el pescador se apropia de las razones de su fracaso, pero se exime en gran medida de toda responsabilidad. Así que las causas contendrán un "Pero"... No he pescado bien, pero es porque estoy enfermo, o porque mi compañero no paraba de colgarme o distraerme, o porque estaba estresado por la competición.
Una vez más, estas causas son probablemente ciertas a veces, pero no pueden ser permanentes, porque la realidad puede ser que este pescador no haya sido capaz de concentrarse o de ignorar las perturbaciones externas. "¡Sin estas perturbaciones habría pescado bien!"

Causas internas controlables
Éstas son exactamente el tipo de atribuciones difíciles de hacer en caso de fracaso (mucho más fáciles para los éxitos, por otra parte, pero no siempre objetivas...), porque responsabilizan totalmente al sujeto y, por tanto, son negativas para la autoestima.
Por ejemplo, "no he elegido bien", "no he animado bien mi señuelo". Pescar con otros y darte cuenta de que tus compañeros pescan y tú no, en el mismo lugar, a la misma hora y con los mismos señuelos, debería conducirte a este tipo de análisis y ayudarte a progresar.

Cambiar nuestras atribuciones causales para progresar
No siempre es fácil asumirlo, pero cuestionarse y transformar una causa externa que no se puede controlar ("no me he esforzado lo suficiente") en una causa interna que sí se puede controlar ("los peces no estaban activos") es la mejor manera de progresar y entrar en un proceso de análisis que será eficaz a largo plazo. Obviamente, no podemos responsabilizarnos de todas las razones, pero lo contrario también es cierto. Debemos razonar fríamente, teniendo en cuenta una mayoría de parámetros para intentar ser lo más objetivos posible.