El agua en 2050: reducción drástica del caudal de los ríos

El documento de análisis del Haut Commissariat à la Stratégie et au Plan (Alto Comisariado francés para la Estrategia y el Plan) titulado "El agua en 2050: graves tensiones sobre los ecosistemas y los usos", publicado en junio de 2025, pone de manifiesto la urgente necesidad de replantearse la gestión del agua ante los retos futuros relacionados con el cambio climático y las crecientes necesidades humanas.

Conclusiones alarmantes

Esta nota de análisis da la voz de alarma de que, en ausencia de cambios radicales, el 88% del territorio francés podría sufrir estrés hídrico de moderado a grave de aquí al verano de 2050, con una acentuación en las regiones suroeste y sureste, zonas especialmente vulnerables debido a las prácticas de riego intensivo y a la elevada evapotranspiración.

El estudio se basa en la modelización de 40 cuencas hidrográficas, comparando la futura demanda de agua con los recursos potenciales disponibles. Muestra que, tal como están las cosas, la demanda de agua, sobre todo para riego agrícola, no hará sino aumentar con el cambio climático, agravando la escasez. Incluso en un escenario de ruptura, que aspirara a la máxima sobriedad, el 64% del territorio seguiría sometido a presión, lo que pone de manifiesto la inadecuación de las actuales políticas de gestión.

Las principales conclusiones son que el deterioro de los recursos hídricos se verá agravado por el aumento de las temperaturas, que incrementa la evaporación, y por los cambios en el régimen de lluvias. Es probable que esta situación provoque una reducción drástica de los caudales fluviales, debilitando tanto los ecosistemas como los usos humanos, con el riesgo de que se produzcan conflictos de uso, sobre todo en el Suroeste, donde la gestión del agua se está volviendo crítica.

L'eau, une problématique à prendre en compte !
El agua, ¡un tema a tener en cuenta!

Actuar hoy

Para contrarrestar esta tendencia, el informe insiste en la necesidad de una planificación proactiva desde ahora, que incluya una regulación estricta del regadío, el desarrollo de prácticas agroecológicas, la restauración de los entornos naturales para reforzar la resiliencia de los ecosistemas y la implantación de la sobriedad hídrica en todos los sectores. También recomienda un replanteamiento radical del modelo agrícola, apoyando una agricultura menos dependiente del regadío y más resiliente ante el aumento de la sequía, mediante la integración de cultivos resistentes y la adopción de prácticas de gestión optimizadas.

Tres escenarios

Se estudian tres escenarios prospectivos: el mantenimiento de las prácticas actuales, una transición hacia una gestión sobria e innovadora y un escenario de ruptura basado en la sobriedad radical, el único capaz de limitar el crecimiento del consumo de agua. Se da prioridad al escenario de la sobriedad, el único capaz de evitar un colapso hídrico masivo, poniendo en marcha una revolución en la gestión de los usos, especialmente en la agricultura, el sector más vulnerable y generador de tensiones.

Por último, la nota recomienda la celebración periódica de un debate nacional, en el que participen los ciudadanos, los agentes económicos y las instituciones, para discutir las reformas necesarias, junto con un refuerzo de la regulación y un cambio radical de los comportamientos para preservar los recursos hídricos frente a la emergencia climática.

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Este informe es un paso esencial para anticipar y mitigar futuras crisis hídricas, poniendo de relieve la urgente necesidad de una gestión más racional y equitativa del agua en un contexto de aceleración del cambio climático.

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