Bonefish, o el fantasma gris
Bonefish, albula vulpes es un pez aerodinámico de color gris plateado de la familia Albulidae, conocido comúnmente como fantasma gris en referencia a su color de camuflaje, que lo hace casi invisible.
Por término medio, mide 50 cm y pesa 1,5 kg, aunque en raras ocasiones puede pesar más de 5 kg y medir casi un metro.
Una subespecie Albula glossodonta la aguja corta, que vive en el Pacífico, puede alcanzar comúnmente más de 5 kg, y existen ejemplares de casi 8 a 10 kg. Sin duda, es en estas partes del mundo donde los macabíes alcanzan su mayor tamaño y crecen excepcionalmente rápido.
Suelen vivir en bancos cuando son de tamaño pequeño o mediano, y a menudo en solitario o en parejas cuando son más grandes. Se alimentan de pequeños camarones y cangrejos, pero también de otras presas como pequeños moluscos, gusanos marinos e incluso pequeños peces, que encuentran en aguas poco profundas denominadas bajos.

Pesca del bacalao
Los peces espina suelen pescarse con una caña de 9 pies y una potencia de 7 u 8 mm. Se utiliza una línea flotante para pescar en muy poca agua, a menudo vadeando aguas de menos de 40 cm de profundidad. El líder tendrá una caña y media de longitud y terminará en una punta de 12 a 16 libras, dependiendo del tamaño del pez que se persiga y de lo receloso que sea.
Se trata de una pesca 100% a la vista, muy emocionante, en la que se buscan peces merodeadores que siguen las mareas para encontrar su alimento. Pueden ser recelosos, pero es posible acercarse bastante a ellos, aunque como norma general lanzaremos entre 10 y 15 m de línea para presentarles nuestras moscas.
En pequeños bancos (de 10 a 20 peces), a veces incluso en grandes concentraciones (varios centenares), la competencia por el alimento los vuelve agresivos y mordedores si has elegido bien tu mosca en función de la profundidad y el color del fondo. En este caso, la pesca es más fácil, basta con colocar la mosca bastante por delante del grupo de peces y atarla cuando lleguen. Las picadas no suelen tardar en llegar. En las grandes concentraciones, basta con lanzar en medio del banco y uno de los macabíes se abalanzará sobre la mosca de inmediato
A veces son peces solitarios o en pequeños grupos (4 o 5 individuos) y en este caso su pesca es más técnica, ya que hay que interceptar su trayectoria para que encuentren nuestra mosca en su camino. Luego hay que lanzar la mosca en función de su reacción, más o menos rápido, pero sobre todo dejando que se hunda hasta el fondo. Si el color y el tamaño de la mosca son los adecuados, deberías pescar uno de estos peces, que no suelen ser muy selectivos. Las imitaciones de gambas como el crazy charlie y el gotcha son las más utilizadas, aunque también les gustan los cangrejos pequeños de color canela y oliva.
También pueden alimentarse en muy poca agua. En este caso, la aleta caudal (cola) puede sobresalir ligeramente del agua. Es lo que se denomina "tailing". En este caso, elija una mosca con poco o ningún peso para no asustar al pez, y colóquela muy cerca de la cabeza del pez. Como se alimentan con la boca en el fondo, si el lance no es preciso, los macabíes no encontrarán tu mosca. Es una pesca muy técnica y emocionante.
En algunos destinos, como Los Roques en Venezuela, también se alimentan regularmente de pequeños peces llamados sardinas, que cazan en las orillas. En este caso, se puede utilizar una mosca de goma o un pequeño pececillo clouseurs. Hay que animarla rápidamente como un pez perseguido y adaptar la recogida a la velocidad a la que se mueve el pez.
En todos los casos, la acción de pesca es fabulosa porque es visual. Ver a un macabí abalanzarse y coger su mosca entre 10 y 30 cm de agua ¡es único!

La principal dificultad para pescarlas radica en poder verlas moviéndose cerca del fondo, ya que no son fáciles de detectar gracias a su mimetismo. Los guías de pesca son de gran ayuda para encontrarlas. Con la experiencia, poco a poco las irá localizando mejor al ver su sombra moviéndose por el fondo.
A continuación, es importante animar la mosca con tirones cortos y rápidos, llamados tiras, para imitar la acción natatoria de una gamba. Hay que alternar con pausas para que la mosca vuelva a caer al fondo, donde los macabíes acostumbran a comerlas porque tienen la boca dirigida hacia abajo, más o menos como nuestro barbo común. La picada es fuerte. Es importante no golpear, sino estirar la línea con una larga tira para que pique el pez.
Su defensa es extraordinaria. Salen a una velocidad de vértigo y hay que estar preparado La primera salida es explosiva y si cometes el más mínimo error, se te romperá el bajo de línea. Es importante saber gestionar esta primera salida separando los brazos para evitar que el sedal se atasque en algún sitio (carrete, culata de la caña) y dejando que el pez coja el sedal que llevas en la mano antes de ponerlo en el carrete, lo que, gracias a su arrastre, limitará la longitud de sedal que el macabí te quitará y lo cansará al mismo tiempo. Los peces más grandes te darán varias arrancadas fulgurantes y tendrás que ajustar el freno del carrete con cuidado. Ni demasiado apretado, ni demasiado flojo. En cualquier caso, ¡verás cómo se te suelta el backing del carrete!
Una pesca muy visual y algo técnica, especialmente para pescadores noveles, pero adecuada para pescadores experimentados que sepan lanzar con rapidez y precisión a distancias medias, y a veces con el viento que suele haber en los llanos.

Los mejores destinos para la pesca del macabí
El pez espinoso se encuentra principalmente en el Caribe, pero también en los océanos Índico y Pacífico.
Los destinos más conocidos son las Bahamas, Cuba y Los Roques (Venezuela), donde pueden encontrarse en grandes cantidades y con algunos ejemplares muy finos. Pero se pueden encontrar en casi cualquier lugar de aguas poco profundas y cálidas.
Destinos famosos para la pesca del macabí :