Todavía
En la pesca vertical, una de las acciones, o más bien no-acciones, más practicadas consiste en mantener el señuelo inmóvil lo más cerca posible del fondo y jugar únicamente con la velocidad de avance de la embarcación. De vez en cuando también se puede dar un ligero meneo para dar un poco más de dinamismo al señuelo.

Esta técnica es una de las mejores y es buena para empezar. Sin embargo, no dudes en probar otra cosa si ves que se te escapan peces pero no reaccionan.
Levantado desde abajo
Cuando pescas fuera del fondo, mantienes la misma animación que en el punto anterior. La diferencia es que en lugar de mover el señuelo a unos centímetros del fondo, lo mueves a unos 60 centímetros o 2 metros del fondo.

Es una forma muy práctica de pescar, ya que puedes ver cómo se mueven los peces desde el fondo hacia el señuelo. Esto te da información sobre si estás prospectando una zona donde hay peces o no, y te permite probar rápidamente diferentes cosas para provocar picadas.
Ascenso rápido
Otra práctica, poco extendida en Francia pero muy común en Norteamérica, consiste en elevar el señuelo de 80 centímetros a 1 metro muy rápidamente y luego dejarlo caer de nuevo.

Subir el señuelo rápidamente desencadena ataques reflejos, y esto es algo que no deberías dudar en hacer cuando otras animaciones no funcionan. El toque suele producirse al principio de la aceleración.
En más de una ocasión, en días complicados, es esta animación la que me ha ayudado a pescar, aunque a primera vista no parezca natural.
Velocidad
Por último, la velocidad de avance es otro punto claramente importante. Por lo que he podido observar, en Francia se suele pescar muy despacio, mientras que en Holanda es todo lo contrario, aunque nos dirijamos a la misma especie: lucioperca.
Por lo tanto, hay que variar la velocidad de movimiento para encontrar la que se adapte al estado de ánimo de los peces, dejando de lado ideas preconcebidas como: cuando el agua está fría, hay que mover el señuelo despacio porque los peces están menos activos. Puede que te sorprenda lo contrario.
Al final, no hay una sola animación milagrosa que garantice la pesca, y hay que atreverse a salir de la zona de confort para probar otra cosa, o incluso inventar nuevas animaciones.
También es importante no centrarse en el señuelo o en la cabeza de plomo cuando no se encuentra al pez. En su lugar, explora las demás variables, como la animación del señuelo, la profundidad de nado o la velocidad, ¡porque estas son las cosas que pueden desencadenarlo todo!