El equipo adecuado
Uno de los primeros parámetros que hay que tener en cuenta es la elección del aparejo. En primer lugar, deberá adaptarse al tamaño de los peces a los que se dirige. El equipo será diferente según se pesquen truchas de 25 cm en un arroyo de gran altitud o peces de lago o grandes ríos de llanura.
Para los peces pequeños (hasta 30 cm) lo ideal es una caña UL o L (ultraligera o ligera). Estas cañas ligeras y flexibles soportan fácilmente los cambios rápidos de dirección, los saltos y otros cabezazos o pequeños movimientos. La caña actúa como un muelle, reaccionando al menor toque del pez y manteniendo el sedal tenso. Para ello, la punta maciza es una verdadera ventaja, ya que es muy flexible y progresiva.

Para la pesca específica de truchas más grandes (más de 30 cm), es más adecuada una caña ML a M (Medium Light o Medium), ya que ofrece más reserva de potencia. Esto permite al pez nadar río arriba y controlar la lucha sin verse sometido a ella. También en este caso, una puntera progresiva es una verdadera ventaja, casi indispensable. Las cañas demasiado rígidas o demasiado potentes sólo deben utilizarse en algunos casos concretos.
Además de la caña, el sedal también es importante. Para los peces de menos de 30 cm, el nailon es muy eficaz para limitar las paradas y amortiguar todos los movimientos. Su gran elasticidad absorbe muchos movimientos bruscos y mantiene la tensión en el sedal.

Para los salmónidos más grandes (más de 30 cm), el trenzado parece más apropiado y es la caña sola, o incluso el carrete, la que desempeña el papel de amortiguador, ya que el pez pesa más en la línea y demasiada elasticidad significa una pérdida de tacto y control.
No olvide ajustar el freno antes de pescar. Debe desenrollarse con facilidad al tirar del sedal sin forzarlo demasiado.
Armatización de los señuelos
En la pesca con señuelos, el aparejo es esencial. En la pesca de salmónidos con señuelos se suelen utilizar anzuelos sin púas, sobre todo en competición. Esto significa que hay que mantener una tensión constante en el sedal.
Una punta llena y una caña flexible son ventajas reales, al igual que un carrete de relación alta. Sin embargo, hay que tener cuidado de no abusar de este último, sobre todo en la pesca específica río abajo, ya que el carrete se sobrecargará y será difícil recoger el pez de cara a la corriente en comparación con un ratio intermedio.
El uso de un anzuelo auxiliar también es una verdadera ventaja. Su flexibilidad limita la presión del anzuelo y su punta única penetra mejor que las tres puntas de un triple, que requieren más fuerza para penetrar en la boca de la trucha.
Gestión del combate
La trucha es un pez capaz de saltar, tantear, lanzarse en picado, carretear... Hay dos pautas principales que debes seguir y que debes recordar en todo momento cuando luches contra un salmónido.
Debes mantener la tensión en la línea en todo momento. No importa si el anzuelo está bien clavado o no, si la punta se mantiene firme en la boca gracias a un sedal bien tensado, ¡deberá pasar!

A continuación, debes oponerte siempre a la dirección de la trucha y estar preparado para cambios rápidos y sin brusquedad de la dirección de la caña. Yo añadiría que, aparte de un pez palpador que se mueve rápidamente en línea recta o toca cerca del fondo, debes evitar mantener la caña en el aire, ya que favorece los saltos, que son una fuente importante de estancamiento.
Diapasón y herraje
Ya sea recto o casi imperceptible, golpea la trucha fuerte y rápido. Evite también las oleadas que ofrecen más estancamiento que otra cosa.
En el momento de la picada, simplemente observe los movimientos de la trucha, sea cual sea su tamaño, antes de lanzar. Las truchas casi siempre girarán o se darán cabezazos en el acto.

Sólo unos segundos después, el pez saltará, se precipitará o sondeará. Es entonces cuando debes prestar mucha atención y plantar cara al pez apuntando con la caña en la dirección correcta.
La red de aterrizaje esencial
Por último, para acortar los combates y maximizar el éxito, creo que la red de aterrizaje es una herramienta indispensable.
En el río, una pequeña raqueta es fácil de manejar y utilizar. Sin embargo, critico las redes de desembarque por tener un mango corto que te obliga a extender el brazo si no quieres levantar demasiado la caña o mantener un poco la longitud de la línea. El final del combate es muy delicado, ya que hay menos línea fuera para recoger y la caña suele estar levantada. Es un momento fatídico que resulta difícil de manejar y, por desgracia, se producen muchas paradas. Hay que ser rápido y preciso en los movimientos para maximizar las posibilidades de éxito.
Un mango largo, sobre todo en lagos, permite pescar más lejos o desde una posición algo más elevada (roca, tronco, orillas altas) sin levantar demasiado la caña y manteniendo una buena distancia de la línea.