Pesca del siluro en otoño con señuelos, los momentos adecuados para elegir

© Olivier Lalouf

La pesca con señuelos nunca es algo seguro. Pero hay ciertos momentos o acontecimientos que no debe perderse para pescar siluros. Las tormentas, las inundaciones, el amanecer o el atardecer, son momentos clave para pescar siluros en otoño.

Las tormentas, aliadas de la pesca

Si hay momentos buenos, son los posteriores a las tormentas. Al final del periodo estival, el agua de los ríos y arroyos suele estar baja y clara. Tras una tormenta, las grandes cantidades de agua que caen no tienen tiempo de ser absorbidas por el suelo. Se escurren y desembocan en los cursos de agua, perturbando las aguas tranquilas y claras. Esto es un verdadero reclamo de alimento fácil para todos los peces. Los blancos se unen entonces a estas salidas de aguas turbias, seguidos de cerca por los siluros a la caza y otros carnívoros.

Las cucharillas de spinning o wobbling y los señuelos blandos como el sábalo o el grub dan excelentes resultados en estas condiciones. Ya sea desde la orilla o desde una embarcación, es posible pescar siluros muy grandes con señuelos.

Les crues ou les orages sont des moments très favorables
Las inundaciones o las tormentas son momentos muy favorables

Inundaciones, un periodo de intensa exploración

Los periodos de crecida son también uno de los momentos del año en los que la búsqueda del siluro se hace imprescindible para no perderse la emoción. En efecto, a diferencia de la tormenta, la crecida durará varios días, incluso semanas. Por lo tanto, es necesario intentarlo desde el primer día. Los siluros salen de su letargo y acuden como glotones a alimentarse de peces forrajeros.

Durante las crecidas, la prospección de las orillas debe ser prioritaria. Tanto si se utilizan señuelos de paleta como señuelos blandos, hay que pescar en muy poca agua para conseguir picadas.

Los siluros vienen a merodear a menos de un metro de profundidad. Allí, en el agua turbia, se mueven lentamente en busca de la más mínima vibración emitida por una presa. No es raro pescar varios siluros en un mismo lugar, incluso ejemplares de más de dos metros que baten récords.

Ne pas manquer l'aube ou le crépuscule
No te pierdas ni el amanecer ni el atardecer

Amanecer y anochecer, dos imprescindibles

Fuera de estos periodos de aguas turbias, a menudo se requiere paciencia. Sin mentirle, la pesca del siluro con señuelos suele ser difícil. El pescador debe insistir durante mucho tiempo en la posición antes de desencadenar su agresividad y su ataque. Es insistiendo durante mucho tiempo en la posición como el siluro atacará a los señuelos por molestia.

Los días nublados siempre dan mejores resultados que los soleados. Es importante comprender que el siluro prefiere cazar en la oscuridad que al sol. Por lo tanto, es obvio que las horas más oscuras del día son más favorables. Así pues, el amanecer y el atardecer son los mejores momentos para acechar al siluro con señuelos.

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