Capturar un vivo
Este es el punto clave de esta técnica, hay diferentes opciones dependiendo de lo que se pueda encontrar en la zona. En verano, el pez vivo más eficaz para pescar grandes ejemplares es el calamar rojo. Fácil de pescar en las primeras horas de la mañana en aguas profundas, es un cebo vivo sólido que funciona muy bien. También se puede utilizar calamar blanco, más en la estación fría, cuando están más cerca de la costa. Pero cuidado, a los pequeños espáridos les encanta y pueden comérsela rápidamente, con lo que no se puede pescar.
Por último, cuando las anchoas están cerca de la orilla y los pequeños pelágicos aprovechan para llenarse la barriga, las serviolas no andarán lejos, buscando una presa fácil. El atún y el bonito son muy eficaces, pero también muy frágiles. Un atún que no esté bien enganchado con un señuelo pequeño puede morir demasiado rápido y dejar de ser pescable. Los pelágicos pequeños requieren un poco más de conocimiento y práctica para capturarlos y soltarlos con un aparejo rápidamente.
Instalación rápida y gratuita
En la pesca de la serviola, nuestro calamar o pelágico debe ser lo más libre posible para que parezca natural. Se utiliza un único anzuelo de hierro grande y resistente para los pelágicos pequeños y los calamares pequeños. Para peces de mayor tamaño, se añade una ayuda terminada con otro anzuelo simple en los calamares y un anzuelo triple si se trata de un pez pelágico.
El aparejo debe colocarse en el pez en menos de 30 segundos, idealmente 15, para evitar dañarlo o matarlo. Una vez en el agua, soltamos el cebo vivo y todo el bajo de línea. A continuación, fijamos un plomo por encima del nudo de conexión mediante un elástico, fácil de quitar durante una pelea con un pez. Puedes añadir un pequeño globo hinchable, preferiblemente uno que no se reviente con facilidad para poder volver a por él después del combate, que servirá de tope para mantener el sedal alejado del barco a la deriva.
Profundidad de pesca
Utilizando un pequeño globo hinchable, puede ajustar fácilmente la profundidad de pesca de su aparejo. Con trenzas de colores, bastará con contar cada color correspondiente a un paso de 10 metros.
En verano y en invierno, cuando las serviolas se alimentan de calamares, intente pescar a unos 30 metros por encima del fondo, lo suficientemente bajo como para ver su pez vivo sin riesgo de que la serviola roce el fondo en la salida.
En otoño, sin embargo, el cebo vivo debe situarse cerca de la termoclina. No es raro que las serviolas cacen en bancos, a 30 o 40 metros de profundidad, incluso cuando hay más de 100 metros de agua por debajo de ellas.
