Reglamentos estrictos para el abadejo en las zonas CIEM 7 y 8
El abadejo (Pollachius pollachius), especie emblemática de las aguas francesas, es objeto de medidas específicas en las zonas CIEM 7 (Mar Céltico y Mancha Occidental) y 8 (Golfo de Vizcaya). A partir de ahora, cada pescador recreativo sólo podrá capturar y conservar un máximo de dos ejemplares al día, de forma similar en estas 2 zonas.
A partir de 2024: se prohíbe toda pesca de esta especie entre el 1 de enero y el 30 de abril, periodo que corresponde a su ciclo natural de reproducción. Esta medida tiene por objeto proteger las poblaciones y favorecer su renovación. Además, a partir de ahora queda prohibida la práctica de "captura y suelta" (o "sin muerte"), una disposición sin precedentes que podría suscitar dudas entre los aficionados a la pesca. Pero significa que no podrá ir a buscar esta especie, y mucho menos mantenerla, aunque esté viva, en su estanque.
Estas restricciones sustituyen a las del decreto anterior (marzo de 2024) y reflejan la voluntad de las autoridades de intensificar los esfuerzos para garantizar la sostenibilidad de las poblaciones de peces.

Revisión de las tallas mínimas de captura para proteger a los juveniles
El decreto que modifica las tallas mínimas de las capturas de especies marinas también introduce algunas novedades. En el caso del abadejo, la talla mínima se ha normalizado en 42 cm en todas las zonas geográficas (CIEM 7 Y 8). Esta decisión garantiza que sólo puedan capturarse ejemplares adultos que hayan tenido tiempo de reproducirse.
En cuanto a la langosta (Homarus gammarus), la talla mínima de captura se ha fijado en 9 cm (longitud del cefalotórax), suprimiendo la distinción regional vigente hasta ahora en el norte de Francia. Este cambio armoniza las prácticas y refleja un enfoque riguroso de la protección de este crustáceo apreciado tanto por los pescadores como por los gastrónomos.
Equilibrio entre ocio y conservación
Estas normas reflejan una conciencia cada vez mayor de los problemas que rodean a la biodiversidad marina. Sirven para recordar que la pesca recreativa, aunque importante para miles de aficionados, debe adaptarse para no comprometer la supervivencia de las especies y, por extensión, el futuro de nuestra pasión.
Para los pescadores, esto significará replantearse sus prácticas. Las nuevas normas exigirán un control riguroso de las capturas y un mejor conocimiento de los periodos biológicos de las especies objetivo. En última instancia, estos esfuerzos deberían permitir preservar los ecosistemas marinos y garantizar al mismo tiempo el futuro a largo plazo de la pesca recreativa. Al menos, eso esperamos. Ha funcionado bien con el atún rojo.

En conclusión
Estos dos decretos marcan un punto de inflexión importante para la pesca recreativa en Francia. Aunque las limitaciones puedan parecer importantes, reflejan una ambición esencial: proteger nuestros océanos y las especies que viven en ellos. Respetar estas normas significa participar activamente en la preservación de la biodiversidad marina y transmitir a las generaciones futuras el placer de una pesca sostenible y responsable.
Como pescadores, adaptémonos a estas nuevas exigencias y utilicémoslas como una oportunidad para promover prácticas respetuosas con el mar y sus riquezas.