Las zonas rocosas caracterizadas por algunas puntas y otros obstáculos que perturban la regularidad de las corrientes son zonas bien conocidas para buscar lubinas. Situadas en una costa rocosa, al final de un cabo, junto a una playa, son fáciles de identificar.

Información valiosa en marea baja
Para pescar metódicamente las puntas rocosas, es necesario comprender por qué las lubinas pasan por ellas, qué presas hay y dónde están los elementos topográficos que atraen y fijan la cadena alimentaria. Es durante la marea baja cuando encontraremos las respuestas a nuestras preguntas.
Una vez localizado, hay que analizar bien el lugar desde el punto de vista del alimento que interesa a la lubina. En marea baja, la detección de moluscos es una primera señal interesante. Mejillones, ostras, percebes y otros moluscos vivos adheridos a la escollera son buenos indicadores de un biotopo bien desarrollado. A continuación, las pozas en marea baja aportan información adicional. Esta vez, buscamos la presencia de decápodos (cangrejos, gambas, terrones) en las aguas estancadas para volver a los mismos lugares en marea alta, cuando los carnívoros se dan un festín con estos alimentos.
Al mismo tiempo, pueden verse peces pequeños en los charcos de agua entre las rocas. En este caso, intentaremos encontrar señuelos que imiten lo mejor posible a estos peces. Los gobios y los blenios son algunas de las especies que pueden soportar un baño en 5 cm de agua, incluso la emersión durante media marea.

Los buenos tiempos de la marea
Si los indicios de la bajamar dan buenas señales de vida, la subida de la marea marcará sin duda un periodo de actividad de los peces carnívoros, ya que este alimento será arrastrado por las olas y las corrientes fuertes y constantes. Si tuviera que generalizar este interesante momento, lo resumiría en 2 ó 3 horas desde la subida (inicio de la corriente ascendente) hasta la pleamar.
En el reflujo, en ciertos puntos que aparecen cerca de la marca de pleamar, puede ser interesante prospectar entre la primera y la segunda hora del reflujo, cuando la corriente ascendente se desvanece. Por último, tres horas antes de la bajamar, se reanuda la corriente descendente, por lo que las tres últimas horas de bajamar suelen ser fructíferas. Se trata de una regla general, que puede ser diferente en algunas grandes bahías, por ejemplo.

Cómo pescar en la corriente
Los puntos rocosos interrumpen la linealidad de la costa y las corrientes. Detrás de estos puntos se crean remolinos de corrientes que atrapan alimentos a la deriva. Son lugares habituales para la lubina. A continuación te explicamos cómo lanzar bien en una punta con corriente.

1 - Lanzamiento contracorriente
2 - Aterrizaje (llegada del señuelo a la superficie)
3 - Recuperación rápida
4 - Reducir la velocidad
5 - Recuperación lenta
6 - Stop