Adaptarse a las condiciones meteorológicas
El clima es el único factor que no podemos controlar. Sin embargo, es posible seleccionar una serie de masas de agua que se adapten a la situación. El tiempo fiable suele darse con 3 a 5 días de antelación, rara vez más, aunque la tendencia puede conocerse en un plazo de 7 a 10 días.
Hay varios factores importantes: la temperatura exterior, el viento y la nubosidad. El descenso de las temperaturas en la semana anterior a la apertura llevará a los peces a zonas más profundas. El viento amplifica este fenómeno, a menos que las temperaturas sean suaves, lo que pondrá entonces a los peces en actividad en las orillas más expuestas.
Por último, mucha nubosidad será muy beneficiosa para el lucio y la lucioperca, que cazarán durante más tiempo. Si la temperatura del agua es muy baja, un lago soleado a mediodía es preferible para la actividad de los peces.
Características de la masa de agua
Pudimos comprobar que las temperaturas del aire y del agua eran un factor muy importante. Son aún más importantes dependiendo de la disposición de nuestra masa de agua. Un lago muy poco profundo con grandes mesetas y pocos remansos será muy difícil de pescar si las temperaturas son muy bajas, ya que los peces no podrán salir del frío y, por lo tanto, estarán muy inactivos.
Lo contrario ocurre, obviamente, en aguas profundas, donde pueden congregarse los blancos y los depredadores. Si la temperatura es suave y el tiempo soleado, entonces una zona de aguas poco profundas es la mejor opción, especialmente cuando el sol está en su punto álgido y calienta las zonas poco profundas. Aquí es donde los peces se congregarán para cazar en el agua más caliente, lo que acelerará su metabolismo.
El impacto de la presión pesquera
No es raro que en un fin de semana de apertura y la semana siguiente haya más pescadores que en un mes completo del resto del año. El número de personas presentes suele estar influido por el tamaño medio y/o la cantidad de peces en el agua. Sin embargo, el fin de semana de apertura rara vez ofrece peces muy grandes y menos aún buena pesca en los lagos más famosos.
En cambio, hay que ir a los lagos "olvidados", donde los pescadores no esperan batir el récord de una especie concreta de carnívoro. Los lagos más conocidos y con más peces se pescan mejor desde mediados de mayo hasta finales de junio, cuando la presión pesquera ha bajado drásticamente y los peces se activan al subir las temperaturas y desovar el pescado blanco.
