Tras varias conversaciones con la organización, me convencieron para participar en este concurso. Por supuesto, no conozco la zona de pesca, nunca he pescado tiburón, la especie que más puntos da en la competición, y nunca pesco fondeado.
Estas son algunas de las características originales que me diferencian de los demás competidores. Nadie pesca a la deriva en esta competición, es este argumento el que me sedujo: podría sumar puntos en la pesca moderna de lubina, dorada y tenya. Aún queda un detalle por resolver: la travesía del Canal de la Mancha.
Preparación para una navegación de 110 millas náuticas
En efecto, la aventura comienza, por mi parte, con la travesía del Estrecho. Una navegación de 110 millas náuticas que requiere un poco de preparación y buen tiempo a la ida y a la vuelta.
Optimizo el peso de mi equipo y quito todo lo que no voy a utilizar durante mi estancia. Decidimos irnos con Bastian, mecánico de QG Nautic, un concesionario Beneteau - Suzuki de Dieppe.
Salimos lo más ligeros posible porque tenemos que meter el equipaje de la semana y los aparejos de pesca en el Barracuda 7. Esta es la elección más difícil: sin conocer la zona ni cómo se va a pescar allí, preparo 12 juegos de cañas y carretes.

Problemas técnicos que limitan la pesca saliente
Evidentemente, escaneo rápidamente la zona de pesca de la competición y dedico más tiempo a escanear los puntos que hay que hacer por el camino. Efectivamente, hay pecios bonitos que merece la pena prospectar y lo estudio detenidamente. En el camino, se encuentra la boya de Greenwich que marca la longitud 0°, un paso simbólico que será una etapa obligatoria.
Zarpamos temprano el martes por la mañana en un mar de petróleo. Lejos de imaginar las aventuras que nos esperan. Para abreviar la historia, tuvimos que sustituir la bomba del vivero, lo que nos retrasó dos horas, hubo que reiniciar el piloto automático instalando dos terminales nuevos y la batería accesoria mostraba signos de fatiga.

Todo esto redujo considerablemente nuestro programa de pesca de salida y decidí hacer sólo dos naufragios para llegar a la zona lo antes posible y corregir los problemas restantes en nuestro puerto base de Portsmouth.
Paso por la boya de Greenwich
En el lado positivo, la misión del faro fue un éxito, pescamos algunos abadejos en los pecios y bancos rocosos cerca de la boya de Greenwich. El retraso causado por problemas técnicos nos llevó a la zona a destiempo, con una corriente de 2,5 nudos. Pero nuestra perseverancia se ve recompensada por unos pocos peces.
