Hay muchas formas de interesar al abadejo, pero ésta es la más original. El abadejo seguirá el señuelo durante varios metros antes de decidirse a atacar.
Una técnica original
La técnica del remonte consiste en hacer que el señuelo suba verticalmente a una velocidad más o menos rápida. Por naturaleza, las lubinas y los bonitos se estimulan con movimientos rápidos delante de su nariz. Al igual que los felinos, no dejarán escapar a una presa que venga a burlarse de ellos. El abadejo se ve perjudicado por su falta de resistencia y no permanecerá indiferente ante una presa herida que nada lentamente.
Después de haber dejado que el sedal baje hasta el fondo, esta vez se vuelve a subir lentamente, a razón de una vuelta de manivela cada 3 segundos. Al llegar a un tercio de la bajada, si no hay contacto, se repite la maniobra. Es imparable, si la mancha amarilla está presente, seguirá lentamente y atacará durante la subida.

Hay que pescar despacio o tener paciencia
Un tercio de la profundidad del agua significa que en 30 m de agua, se pasa hasta 10 m por debajo de la embarcación. A continuación, debe dejar que el señuelo llegue al fondo. Como el abadejo es un carnívoro con poca resistencia, le gusta seguir a su presa y acercarse a ella lentamente. Cuando se encuentra a distancia de ataque de su objetivo, esprinta para castigar inmediatamente a la presa. Sabe que carece de resistencia y este método de ataque es único para él.
De hecho, sólo por diversión, prueba a pescar así, con señuelos de 8 cm emplomados en 5 g, en los puertos. Le sorprenderá ver los resultados en las crías de abadejo. Por supuesto, estos pequeños peces sin malla tienen que volver al agua para crecer. Pero es curioso ver que este reflejo de ataque forma parte de su carácter desde muy pequeños.
Señuelos cónicos

El lago tiene preferencia por las babosas, así que elija señuelos finos. Por lo tanto, debe elegir babosas o señuelos flexibles de 18 a 23 cm lastrados con una cabeza de plomo dardante, es decir, con punta, de entre 40 y 70 g de peso.
Es bueno tener una caña con una acción regular, es decir, una punta que no sea demasiado reactiva. Esta acción intermedia ayuda a picar mejor al pez. La mancha no se localiza inmediatamente. Tras el golpe, sigue enrollando y espera dos segundos antes de golpear. El resultado es un buen comienzo que hace cantar al carrete