Los concursos de pesca permiten a los pescadores aprender más rápidamente y progresar más deprisa, sobre todo porque son momentos de intercambio y puesta en común. Además, el cuestionamiento es esencial y la motivación debe estar presente durante todo el fin de semana ¡hasta el último minuto!
Una zona poco conocida
La mayoría de las salidas se realizan en sectores conocidos y dominados donde, de hecho, el pescador conoce los hábitos de los peces. En competición, nada es igual. La mayoría de los participantes sólo pescan en la zona un fin de semana al año y pocos tienen tiempo de hacer prepesca.
Pescar en zonas nuevas, ya sea en competición o por afición, permite salir de los caminos trillados y de la zona de confort, y así plantearse preguntas y progresar.

Adaptar la técnica
Tomemos el ejemplo del Open de Glénan, que se organiza todos los años a principios de verano en Concarneau. Esta zona ya la mencioné en un artículo anterior es peculiar debido a la debilidad de la corriente. En consecuencia, las personas que, como yo, están acostumbradas a pescar en zonas muy expuestas, como el sector de Ushant, se desorientan rápidamente. Entonces es esencial adaptarse, de lo contrario la pesca puede complicarse.

Calendario ajustado
La configuración de los concursos, con una hora de finalización definida, no permite perder demasiado tiempo procrastinando. Empuja a los participantes a entrar en acción enseguida, a intentar encontrar las pautas adecuadas desde el principio. Esto fomenta la reflexión y obliga a comprender rápidamente las situaciones. Las elecciones deben ser pertinentes y eficaces, tanto en lo que se refiere a la zona geográfica como a la elección de los señuelos.
Inspirarse en su pareja
Como las competiciones se celebran por parejas, sería una pena pescar de la misma manera hasta encontrar el patrón. Pescar con alguien con una técnica diametralmente opuesta es una verdadera ventaja. He conseguido mis mejores resultados formando equipo con un pescador especializado en la pesca de depredadores de agua dulce. Acostumbrado a la pesca fina, nos permitió capturar peces en condiciones complicadas a las que yo no estoy acostumbrado.

El intercambio
Durante este fin de semana, la convivencia está presente y los intercambios entre aficionados son numerosos a pesar de lo que está en juego en la competición. Durante estos debates, seguro que aprendes cosas en las que no habías pensado antes y podrás ponerlas en práctica en tus próximas salidas y progresar.
No te rindas
Todo pescador ha experimentado este tipo de situación, es decir, un día complicado en el que el océano parece vacío. En esos casos, la solución suele ser hacer las maletas y regresar a puerto, pensando que la próxima salida será mejor.
El principio mismo de la competición es pescar hasta el último minuto, esperar hasta la última deriva y no rendirse nunca. Buscando y cuestionando, a menudo da sus frutos.

Todas las dificultades que encuentres en las competiciones te serán útiles en tus salidas de ocio. Los tiempos ajustados te obligan a tomar decisiones decisivas y a analizar rápidamente el entorno. Los intercambios con los demás participantes también son muy enriquecedores. Todo esto junto te hará progresar más rápidamente.