Con viento del norte no pica nada, hay que pescar de una determinada manera en un determinado lugar, hay que pescar contra el viento, la luna nueva es mejor que la luna llena, etc. Hay muchas creencias y certezas en el mundo de la pesca, y condicionan, o al menos guían, nuestras elecciones y, en consecuencia, nuestras prácticas. Aunque para algunos sean una pauta, el simple hecho de creerlas y seguirlas las refuerza y las eleva a la categoría de verdades.
Concentración
Cuando pescamos en condiciones que nos tranquilizan, porque corresponden a creencias establecidas o al fruto de nuestra experiencia, nuestra capacidad de concentración se multiplica por diez. En consecuencia, nuestros lances son más precisos, nuestras animaciones más finas y nuestro análisis para encontrar el patrón adecuado mucho más avanzado. En el caso contrario, sin caer en el fatalismo, creemos menos y, en consecuencia, invocamos el simple placer de estar al borde del agua para justificar nuestra salida sin preocuparnos de las soluciones que hay que encontrar.
Entonces, ¿hasta qué punto nuestros éxitos y fracasos están totalmente vinculados a las condiciones mencionadas y no a nuestro grado de "implicación intelectual"?

Planificación de salidas
La planificación de nuestras salidas depende a menudo de nuestras limitaciones y disponibilidades. Así, cuando podemos, elegimos las condiciones más favorables y a veces aprovechamos el tiempo disponible para practicar nuestra pasión. Pero a veces sacrificamos oportunidades por nuestras convicciones y con la esperanza de poder conservar una oportunidad extra para negociar una salida en otras circunstancias.
Esta forma de pensar tiene el efecto de reforzar aún más nuestras certezas, porque los recuerdos de pesca que tenemos están vinculados principalmente a las condiciones "correctas" elegidas. Esto nos impide progresar y buscar formas de adaptarnos al viento, la luna, etc., y sin duda lograr una pesca bastante respetable.

La elección de las manchas
Casi todos tenemos un criterio establecido sobre el valor de los lugares que frecuentamos o no, y sobre cómo explotarlos. Muy a menudo, iniciamos nuestras salidas de pesca en los lugares en los que más creemos. Si los resultados son eficaces, ampliamos nuestro viaje a otras zonas conocidas que sabemos que son prolíficas. Si no, a menudo nos decimos a nosotros mismos que es hora de empezar a prospectar, y los fracasos nos llevan regularmente a la conclusión de que ese nuevo punto aparentemente prometedor no lo es... Pero no es una estrategia muy eficaz y refuerza nuestras creencias en la medida en que buscamos validar el valor de un spot en condiciones comerciales desfavorables y no al revés.
Del mismo modo, a menudo seguimos animando nuestros señuelos de forma mecánica, sin variedad ni cuestionamiento, porque así es como funciona aquí... Lo he comprobado varias veces, ¡así que estoy seguro de ello!
A veces incluso cometemos graves errores al acercarnos a una zona basándonos en creencias... La orilla opuesta es mejor, un determinado pez sólo se alimenta en el fondo, etc. No exploramos la orilla, ni siquiera las distintas capas de agua, por falta de conocimiento y certeza.

Elección del señuelo
Del mismo modo, los señuelos adolecen de los mismos errores estratégicos y creencias. Ninguno de nosotros puede decir que no tiene su señuelo favorito y otros tirados en el fondo de su caja, porque son totalmente "ineficaces".
Todos los señuelos pueden capturar peces, siempre que se utilicen de la forma, en el lugar y en el momento adecuados. La condición más importante es que un señuelo sólo atrapará peces si está regularmente en el agua. ¿Qué porcentaje del tiempo pasa su señuelo favorito en el extremo de la línea?
Pero nuestras creencias nos llevan a menudo a utilizar los señuelos en los que más confiamos al principio de una salida, para pescar con ellos, y a utilizar los marginados sólo cuando nada funciona, ¡reforzando así su estatus!
Lo mismo ocurre con los tamaños, los colores y las formas.
Nuestras creencias y hábitos influyen en nuestra elección de señuelos, y la forma en que practicamos refuerza nuestros juicios de valor, a menudo erróneos.

Sacudir los hábitos para romper con las creencias
Entonces, ¿debemos romper estas creencias? ¿Debemos seguirlas en aras de la seguridad emocional? Mi respuesta es que si quieres progresar, tienes que salirte de los caminos trillados y obligarte a pescar en condiciones que no parecen favorables y a organizar tu descubrimiento de lugares y señuelos en contextos variados. Sólo así desarrollarás un repertorio de respuestas que te permitirá adaptarte a cada salida y ser más eficaz