¿Cómo podemos adaptarnos a la presión pesquera?

Todo pescador conoce un tramo de agua o de río en el que la pesca es cada vez más difícil. Donde antes se pescaba con regularidad y en grandes cantidades, ahora parece haber desaparecido

Adaptación

En sus parajes, gracias a las redes sociales y al crecimiento de nuestro deporte, cada vez hay más pescadores y los peces parecen haber desaparecido. Algunos culpan a las capturas, a la contaminación o incluso a los grandes depredadores como el siluro, pero muy a menudo la razón está en otra parte... Simplemente, gracias al aprendizaje y al instinto de supervivencia, los peces saben identificar las situaciones de riesgo y adaptar su comportamiento en consecuencia.

No son menos, pero los periodos de actividad son más cortos, los lugares frecuentados son diferentes y las presentaciones y técnicas habituales se consideran un riesgo.

Así que si quieres seguir teniendo grandes salidas, tienes que adaptarte y pescar de forma diferente.

Elegir las franjas horarias y condiciones adecuadas

Ante la presión pesquera, los depredadores reducirán considerablemente sus periodos de actividad para ser vulnerables durante menos tiempo. Lógicamente, elegirán las mejores condiciones para acudir a la mesa. Por eso es importante pescar en los mejores momentos en los lugares de pesca más concurridos, ya que a veces la actividad puede durar solo 15 o 30 minutos, pero aun así es posible capturar peces extraordinarios.

Por lo tanto, debe prestar especial atención a :

  • Los finales del día
  • Tiempo nublado, ventoso y posiblemente lluvioso
  • Los golpes del mediodía invernal

Un enfoque diferente de la zona

Cuando los peces están muy ocupados y son molestados constantemente en sus zonas de caza habituales, simplemente se dan por vencidos y se dirigen a zonas de alimentación menos pobladas, pero donde saben que podrán comer y posiblemente descansar en paz.

A veces no hay que buscar muy lejos, se puede elegir una piedra, un quiebro, una estructura situada a unas decenas de metros, pero que nunca es explotada por los pescadores.

Del mismo modo, es posible encontrarlas en el mismo lugar, pero un poco más profundas. Por ejemplo, en el caso de una meseta bordeada por un talud, cuando la actividad es alta, es posible encontrarlas en la meseta, pero el resto del tiempo, si estaban situadas en el talud, siguen allí, pero quizá 2 o 3 metros más abajo.

Opte por la discreción

En los lugares concurridos, los peces son muy cautelosos y están al acecho. Al menor aviso, abandonan la zona o cierran la boca durante mucho tiempo. Por eso hay que ser lo más discreto posible al acercarse, ya sea desde la orilla o desde una embarcación. En este sentido, es importante comenzar las derivas bien aguas arriba de la estación y rodearla para reposicionarse.

Esto puede implicar su ropa, la forma en que se mueve y se acerca a la zona apartada de la orilla, pero también el ruido que hace en la orilla. Camine a un ritmo tranquilo y sea lo más discreto posible.

Del mismo modo, es fundamental tener cuidado al lanzar y colocar el señuelo para no ahuyentar a los peces presentes en la zona. Del mismo modo, alarga los bajos de línea y elige con delicadeza el trenzado, los aparejos y los plomos.

Cambia tus animaciones

Con el tiempo, y más aún con la captura y suelta, los peces reconocen los señuelos, las vibraciones y las presentaciones habituales. Así que tendrás que sorprenderlos y prestar especial atención a tus animaciones.

Tienes dos opciones:

  • La presentación debe ser lo más suave y natural posible para mantener el espíritu de discreción. Por ello, puedes optar por señuelos de imitación con poco plomo para conseguir un efecto de deslizamiento y animaciones lo más suaves y ligeras posible... Mucho más suaves de lo que estás acostumbrado.
  • También es posible, por otro lado, provocarles y ofrecerles una presentación pesada y agresiva para desencadenar un reflejo de ataque.

Como puede ver, ante la presión pesquera sólo hay una alternativa posible: pescar de forma diferente, ya sea en términos de tiempo, espacio o presentación. Hay que salirse de los caminos trillados para encontrar peces menos recelosos y ofrecer "nuevas" presentaciones.

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