Pesca a cubierto desde la orilla
A medida que se acercan el otoño y el invierno, las condiciones meteorológicas suelen endurecerse. Los vientos del oeste y suroeste se hacen más frecuentes, lo que dificulta la salida al mar. Sin embargo, desde la orilla suele ser más fácil encontrar zonas naturales de refugio.
Las costas rocosas y recortadas ofrecen configuraciones favorables: acantilados, puntas o calas pueden actuar como barreras contra el viento. Si eliges zonas donde el viento sea favorable, es decir, a tu espalda, podrás seguir disfrutando de tu pasión, incluso con tiempo menos clemente.

El litoral, una zona especialmente rica en alimentos
En otoño, la temperatura del agua sigue siendo bastante suave, pero puede bajar rápidamente según la dirección del viento. Los vientos de levante suelen ser los responsables de un brusco descenso de la temperatura.
Los peces forrajeros y depredadores se acercan entonces a la orilla, en una zona menos agitada que en alta mar. Los pescadores costeros harán bien en prospectar las zonas expuestas al viento: el viento empuja a las presas hacia la orilla, y los depredadores las siguen.

En esta época del año es posible disfrutar de grandes sesiones de pesca
Es mejor que las salidas sean cortas. A nadie se le escapa que los días son mucho más cortos que en verano.
Salir con el barco justo después del trabajo es difícil por el horario. En cambio, una salida de dos horas desde la orilla, pescando hasta el anochecer, es perfectamente factible.
La logística mínima y la facilidad de acceso a determinados puntos animan a muchos pescadores, incluidos los acostumbrados a pescar desde embarcación, a realizar sesiones desde la orilla.
Además, el final del día y el principio de la noche son momentos muy favorables para la captura de peces depredadores.

Los estuarios, el último refugio
Los estuarios son zonas situadas muy río arriba de la costa, donde los peces no dudan en nadar hasta muy arriba de estas ensenadas. A menudo profundas y resguardadas, estas zonas son ideales cuando la costa está demasiado expuesta a un fuerte vendaval.

Los estuarios son muy ricos en alimentos: alevines, cangrejos y otros pequeños crustáceos colonizan las orillas. Los peces grandes lo saben, y seguro que podrás pescar un pez trofeo.

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