En el plato, es uno de los pescados más sabrosos. Entonces, ¿se puede pescar específicamente esta peligrosa captura? La respuesta es sí. Aunque es una captura poco frecuente para quienes no la buscan específicamente, es posible aumentar las posibilidades adoptando las técnicas adecuadas y eligiendo los lugares apropiados.

¿Dónde puedes encontrar a Saint-Pierre?
El Saint-Pierre se encuentra principalmente en fondos arenosos, de grava y rocosos, donde puede cazar desde el mirador. En toda la costa atlántica, de Hendaya a Dunkerque, se encuentra a profundidades de entre 30 y 60 metros. Es más común en la mitad sur de la costa atlántica y mucho menos en la mitad norte. Su método de caza es único: mal nadador, se esconde y succiona su presa con su boca muy extensible. Su comida favorita es el lanzón, un pequeño pez que vive en fondos arenosos.
Si quiere pescar un Saint-Pierre, concentre sus esfuerzos en lugares aislados, como rocas, desniveles y pecios, y favorezca las condiciones meteorológicas tranquilas. La pesca a la deriva vertical, o técnica del remonte, exige mantenerse en línea con la embarcación, sin viento, sobre todo cuando se busca esta especie.
Tecnología de ascensores
El método más eficaz para pescar el St Pierre es la técnica del remonte. Se trata de una pesca vertical en la que, tras llegar al fondo, se sube lentamente el señuelo hasta un tercio de la superficie del agua. Por ejemplo, a una profundidad de 30 metros, pase el carrete de 30 a 20 metros y luego vuelva a bajar. El Saint Pierre puede seguir el cebo durante mucho tiempo antes de picar, por lo que es importante realizar una recogida muy lenta y regular, por ejemplo, una vuelta de manivela cada 3 o 4 segundos. Y sí, ¡es lento!

Se trata de realizar movimientos amplios y lentos, con pausas ocasionales. El toque se expresa a menudo por un pequeño choque o pesadez en la línea. Pesadez relativa, porque el Saint-Pierre apenas lucha...
Elegir señuelos y colores
Para interesar a este pez, se recomienda utilizar señuelos de buen tamaño, como imitaciones de lanzones o señuelos blandos de entre 17 y 22 cm. Yo prefiero colores naturales como el negro, el azul o el verde con purpurina o láminas holográficas que emitan reflejos. El rosa también es muy bueno.

A menudo, la satisfacción de ver a este misterioso pez en la superficie compensa con creces la falta de lucha. Si dominas la técnica del remonte y eliges el señuelo adecuado, maximizarás tus posibilidades de encontrarte con este pez sin dejar de pescar lubinas y abadejos.