Casi 700 barcos
La edición de 2024, soleada pero ventosa, reunió a 1.140 participantes y alrededor de 700 embarcaciones de todo tipo. Por supuesto, estuvimos allí con mi socio Galaxy Kayaks, al igual que la mayoría de nuestros socios habituales. Este año, la salida se dio desde la playa de Trez, en Bénodet, que es una playa grande, pero todo el espacio estaba ocupado por embarcaciones de todos los colores.
La mayoría de los participantes iban disfrazados. Vimos marineros de agua dulce y salada, vikingos, galos y otros personajes sin especificar. Todo este colorido mundillo alegró aún más el evento. Asistieron personas de todas las edades, la mayor de 75. El kayak es bueno para la salud y, como suelo decir, ¡debería reembolsarlo la seguridad social!

14 kilómetros de navegación
La salida se da hacia las 13:30 para remontar el Odet, con la corriente de las mareas como ayuda, afortunadamente, porque estos 14 kilómetros de navegación serán, la mayor parte del tiempo, con un fuerte viento en contra, sobre todo al final. Todo este jolgorio está, por supuesto, supervisado por un gran número de embarcaciones de seguridad y la presencia de nuestros ángeles de la guarda, la SNSM, que patrullan las aguas durante todo el año. También hay médicos y enfermeros a bordo de los barcos de seguridad. La seguridad de todos es la prioridad de este evento.

El primero tardó unas 02 h 00 en hacer el recorrido, mientras que el último tardó casi 04 h 30. Fui testigo de la llegada de los dos últimos, un remo cuyo navegante iba acompañado de su spaniel, y sobre todo de la última mujer, que hizo la prueba en un pequeño kayak hinchable que iba de derecha a izquierda con cada golpe de remo. Me quito el sombrero ante esta joven decidida a llegar hasta el final, luchando contra el fuerte viento, con algunos voluntarios a mano para ayudarla a salir de su embarcación.
Un hermoso día
También hay que elogiar a los cerca de 150 voluntarios que acudieron a ayudar, como señaló Michel Chapalain, organizador emblemático del evento durante muchos años y que este año cede la antorcha. A lo largo de la manifestación, Michel Chapalain tomó el micrófono y organizó una tómbola para recompensar a los participantes.

La alegre jornada terminó con la entrega del premio principal, un kayak por supuesto, y el sorteo. Muchas felicidades a todos, en primer lugar a la meteorología, que abandonó sus ropajes otoñales para regalarnos un hermoso día primaveral, a los numerosos patrocinadores que hicieron posible este evento y, por supuesto, a la impecable organización y a los voluntarios que hicieron de este día un gran momento de fiesta y de compartir, todos lo necesitamos en estos días, hasta el año que viene...