Un río de carácter andrógino
El Lignon es sin duda mi río preferido del Alto Loira. Por suerte, atraviesa el municipio donde vivo. De hecho, quizá me vine a vivir aquí para estar más cerca de él.
Es uno de los pocos ríos de la región que tiene nombre masculino: los otros se llaman Semène, Dunières o Gazeille. Esto le confiere un carácter andrógino terriblemente excitante. No crea que me atraen especialmente las personas de mi mismo sexo. Pero su lado masculino no me desagrada. De hecho, nunca sé cómo acercarme a él. Un día, su lado masculino dominará y se mostrará autoritario, implacable ante cualquier error. Tendrás que pescarle directamente en sus botas. Al día siguiente, su lado femenino tomará el mando y se mostrará indulgente, generoso y sorprendente. Tenga cuidado de no ofenderla, ya que podría ser sensible.
Justo cuando creía que era dócil y parecía que el juego había terminado, de repente, ante la más mínima falta de respeto hacia ella, se enfurruña, se enfurruña y se cierra para siempre a cualquier nuevo acercamiento. Nada la hará cambiar de opinión y nuestra excursión de pesca habrá terminado. Pueden pasar varios días antes de que se recupere. Así son las chicas

Adaptarse al río
A dos pasos de mi casa, recorro unos veinte metros por la Grande Rue. Luego giro a la izquierda y tomo otro camino, el que lleva a St Jacques de Compostelle. Desde aquí, la veo al fondo, al final del camino. En unos pocos hectómetros, ¡allí estaré! La aventura puede comenzar. Ya lo presiento a primera vista: ¿tiene un buen o un mal día? Me paro bajo el arco del puente, donde tantas veces he experimentado mis emociones más fuertes. Y observo.
Si detecto algunas pistas favorables, un temblor inusual en la superficie del agua o una bonita eclosión de Baetis, entonces no hay un minuto que perder, hay que encontrar la técnica adecuada y estar preparado para cualquier eventualidad.

Si no pasa nada, me quedo ahí, mirando. Espero, imperturbable... Tal vez más tarde... No, al final pierdo el tiempo. Me voy a casa y me preparo un buen café. Vuelvo más tarde.
¿Debería culparle? Así es él
¡Es el Lignon!