Más apéndices, más vibraciones
El principio básico de un señuelo blando de la familia de las criaturas es parecerse a algo comestible para un pez. Lo que todas las criaturas tienen en común es el gran número de apéndices, de diferentes formas y tamaños, que emiten una gran cantidad de vibraciones en el agua. Algunas tienen patas, otras garras o antenas, pero en general en gran número.
La criatura puede pescarse tanto cerca del fondo, para capturar depredadores que se alimentan de invertebrados acuáticos, como cerca de la superficie, para los que aprecian los insectos terrestres. Cuando se pesca rápido, todos los apéndices vibran al unísono y pueden ser captados fácilmente por la línea lateral del pez. Cuando se pesca despacio, los apéndices tienen más bien una función imitativa, desencadenando un ataque cuando la criatura se sacude.

Imitación o invención
Hay tantas formas de criaturas como marcas que las crean, y cada pescador tiene sus propias preferencias. Existen dos categorías de modelos: las imitaciones y las invenciones. Las imitaciones pretenden parecerse lo más posible a un animal pequeño que existe en el medio natural y que los peces disfrutan como alimento. Las criaturas inventadas pretenden más bien satisfacer una necesidad de vibración particular para técnicas específicas, como la pesca del black bass, una religión en Japón, que saca cada año nuevas y extravagantes formas.
Hay dos escuelas de pensamiento entre los pescadores: los que prefieren las imitaciones y los que prefieren las invenciones. Ambas funcionan muy bien, pero es más fácil utilizar una imitación, sobre todo si conoces el pez al que te diriges. Cangrejos de río, saltamontes, escarabajos, cigarras e incluso larvas de plecópteros son algunas de las opciones que tiene a su disposición, en función de sus necesidades.

Eficacia universal
Una cosa es segura sobre estas criaturas: funcionan en todas partes y casi todo el tiempo. Son una apuesta segura para tener en su caja de aparejos, ya sea en el mar para la pesca de rocas y espáridos o en agua dulce para los depredadores. Incluso es habitual pescar peces blancos como el cacho, el barbo o la carpa con criaturas. La principal diferencia entre las especies objetivo radica en la animación y las zonas de uso. Las posibilidades son infinitas, así que lo único que tienes que hacer es averiguar qué criatura atrae más a los peces de una zona concreta y podrás disfrutar de magníficas sesiones junto al agua.