La temperatura es decisiva
Hablemos un poco de las temperaturas, sobre todo de la temperatura del agua.
En general, mis observaciones me han dado dos indicadores principales.
- La primera es de 15 °C. Cuando la temperatura del agua alcanza este umbral, he observado que es menos eficaz pescar con señuelos de superficie. A medida que los peces se adentran un poco más por debajo de la termoclina, se muestran un poco más reacios a los señuelos de superficie. Por eso prefiero los peces nadadores o los señuelos blandos para la prospección.
- El segundo es 7°C. Cuando el agua desciende por debajo de 6 o 7 °C, muchos peces, y las lubinas en particular, parecen dejar de alimentarse. En general, los peces son cada vez más raros desde la orilla. Desde luego, puedo contar con los dedos de una mano el número de peces capturados en los últimos tres años a esta temperatura.

Los coeficientes son importantes
Ya te he hablado un poco de las mareas, pero vamos a fijarnos en los coeficientes. Cuando analizo las capturas realizadas en función de las mareas, éstas son las principales tendencias que se pueden extraer de ellas.
Los coeficientes pueden dividirse en dos segmentos principales:
- Por debajo de un coeficiente de 62, las mareas muertas no suelen ser buenas épocas para la pesca de la lubina. La debilidad de las corrientes y el movimiento del agua dificultan su seguimiento. Prefiero estas mareas pequeñas para la pesca al surfcasting y la pesca de cefalópodos.
- Por encima de 90, no se preocupe, los peces estarán ahí, pero las condiciones de las mareas hacen que esta pesca sea más técnica y rápida. El agua suele estar más llena de sedimentos y algas, lo que dificulta la recogida de ensalada.
Lo más importante es permanecer atento a su seguridad. El nivel del agua es más alto y las olas suelen ser más fuertes, así que calcula bien tus doceavas para evitar quedarte atrapado.
Como puedes ver, recomiendo coeficientes de entre 60 y 90. Dependiendo de sus lugares de pesca, suelen ofrecer condiciones ideales para el acecho de lubinas. Las corrientes estarán presentes y serán fáciles de analizar. Las variaciones del nivel del agua permiten pescar en un punto tras otro sin correr riesgos, y la amplitud de las mareas suele mantener a los peces en cada zona durante más tiempo. Si se encuentra en esta situación, saque las cañas y diviértase.

Los mejores momentos
Sé que muchos pescadores prefieren pescar en el reflujo de la marea baja, pero yo me he dado cuenta de que obtengo mejores resultados en la subida. Así que prefiero las 2 o 3 últimas horas de la subida de la marea y las 2 horas posteriores a la pleamar.
Con los niveles de agua en su punto más alto, muchas de mis posiciones ofrecen más oportunidades para los peces, que se vuelven más accesibles desde la orilla. Si estas horas coinciden con la salida del sol o el comienzo del anochecer, tendrá las condiciones ideales para enfrentarse al Rey del Mar.