La costa rocosa de día

Las costas rocosas son zonas muy expuestas a las condiciones del mar. Las olas creadas por el viento y el oleaje del mar abierto agitan los cantos y proporcionan un excelente coto de caza para los peces lobo. La temperatura del agua suele ser más fría, ya que el rápido acceso a grandes profundidades reduce la velocidad a la que se calienta el agua de la superficie.
Los lobos suelen bordear las rocas en busca de presas fáciles. Aunque no son muy activos a esta hora del día, siguen siendo muy oportunistas y no dudarán en atacar un señuelo de superficie en aguas claras. Para maximizar sus posibilidades de éxito, elija una zona donde el agua esté agitada y no cubierta por la espuma blanca creada por el oleaje. El pez lobo debe ser capaz de detectar tu señuelo con la vista para no fallar su ataque.
Playas de arena en horas bajas

Cuando el sol está bajo en el cielo y la actividad humana es escasa, los lobos aprovechan para invadir las playas de arena. Por la mañana y por la noche, los peces pequeños se acercan a la orilla, atraídos por la luz lejana de las farolas, y se encuentran atrapados en poca agua.
A primera hora de la mañana, los lobos suelen mostrarse muy agresivos, sobre todo tras una oscura noche de luna, cuando cazar en completa oscuridad les resulta difícil. Al atardecer, la actividad humana y la arena removida por cientos de bañistas atraen a todo tipo de peces forrajeros. Los lobos no suelen quedarse atrás y no dudan en romper los bancos de peces para hacerse con unos cuantos.
Boquillas

Sin duda los lugares más fiables para la pesca del pez lobo, las bocas se pueden pescar en todas las condiciones meteorológicas. A excepción de la época de cría del pez lobo, todas las estaciones son igual de interesantes.
Sin embargo, hay algunos factores que afectan a la actividad de los peces, ya que pueden no picar aunque estén presentes. Vigile el caudal del río que desemboca en el mar, ya que suele ser lo que genera la actividad. Una pequeña crecida río arriba puede empujar grandes cantidades de sedimentos y alimento potencial para los lobos. En verano, se puede ver a los lobos remontando el río tanto como sea posible, y normalmente se quedan atrapados en la primera presa de sal. Les encanta el agua salobre, que suele estar repleta de mújoles, presa fácil para ellos.