Utilización de las condiciones

Después de trabajar el balancín de las mareas en el artículo anterior, utilizaremos un fuerte coeficiente bajista para que esta sesión tenga éxito. Y ello limitando la deriva al alza.
Para ambientar esta sesión, el tiempo era suave, sin niebla, sin viento, el agua en calma, pero con un coeficiente de marea de 86. La marea empezó a cambiar a las 6.30 h y el viento arreció hacia las 14 h, hora en que salimos del agua. Para esta salida, éramos dos. Me acompaña un colega con el que salgo al agua de vez en cuando y que también tiene un kayak de propulsión.
El despegue está previsto para las 06.30 horas, con un amanecer ligeramente brumoso, pero con buena visibilidad.
Acciones de pesca
Nos dirigimos a los puntos de alta mar y, como de costumbre, currican para grandes peces aleta durante el tránsito, cada uno de nosotros conseguirá un bajo con este método. Tardamos una hora en llegar al punto deseado. De vez en cuando, rascamos el fondo según los ecos de la sonda, bastantes meros bretones se acercarán a los kayaks. Finalmente llegados, la corriente de marea empieza a sentirse, la deriva será paralela a la línea de costa, no hay viento que nos lleve a ella.

Como apunte técnico, en estas condiciones, no tiene sentido utilizar un ancla flotante para frenar la deriva, al contrario, la aceleraría, ya que el ancla actuaría entonces como una vela submarina. Las anclas flotantes son eficaces cuando la deriva se debe al viento...
Como la deriva es bastante rápida, debes pescar en vertical o al menos evitar que el señuelo se arrastre por el fondo, lo que sería señal de enganche inmediato. Busca el peso adecuado y lanza unos metros por delante de la deriva para tocar el fondo verticalmente al kayak y levantar inmediatamente después del contacto.
Para esta sesión, en profundidades de 15 a 30 m, pesqué con cabezas de 30 gramos y luego con cabezas de 45 gramos a la altura de la corriente, en la tercera y cuarta hora de descenso. Trabajamos la deriva durante unos 500 m, ralentizándola de vez en cuando utilizando nuestra propulsión. Esta es una de las ventajas de los kayaks propulsados para la pesca, nos deja las manos libres...

Los primeros peces llegan bastante rápido, son lías bonitas que no se resisten a las imitaciones de lanzones. De vez en cuando, carreteamos nuestras derivas, se tarda unos diez minutos para las más largas, sobre las dos horas más delicadas. La mayor parte de la pesca se realizará en las dos primeras horas.
Entre las capturas, aparte de las sanguijuelas, meros bretones y coquetas vienen a saludarnos. Hacia las 11:00, decidimos parar, nos quedaremos con tres peces cada uno, con un bonito 80 cm para mi que me habra hecho una pelea tonica, se ve en el video al final del articulo.
Un hermoso encuentro

A la vuelta, como hace buen tiempo, llevo al colega a ver las focas calentándose al sol sobre los guijarros descubiertos por la marea. Nos mantenemos a una buena distancia para evitar que se zambullan por acercarnos demasiado. El agua aún está fría y no tiene sentido mojarlas en vano.
La experiencia demuestra que permanecer a una distancia de unos 15 metros no les molesta. Continuamos hasta Stagadon, una hermosa playa de arena blanca y aguas turquesas donde tomamos nuestro tentempié antes de regresar a la lancha. Otra hermosa mañana...
