La lombriz de tierra, un animal fascinante
La lombriz de tierra es el animal más común del planeta y representa el 80% del peso total de todos los animales terrestres, incluido el ser humano. Es ciega, no tiene cerebro y respira por la piel.
Se calcula que en Francia hay 2 millones de lombrices por hectárea, es decir, entre una tonelada y 4 toneladas en los suelos más favorables. Su peso total en Francia se estima en 200 millones de toneladas, es decir, 33 veces la población humana del país.
La más conocida es la lombriz de tierra común, seguida de la lombriz de cabeza negra, que se diferencia por carecer de anillo. En Francia existen varias variedades de lombriz. Las dos más fáciles de distinguir son la lombriz del estiércol, ligeramente amarillenta y con muchos anillos, y la lombriz de ribera, que se mueve mucho y es muy roja.
La lombriz se alimenta de materia orgánica en descomposición, traga la tierra y produce meneos muy ricos en fitohormonas que favorecen el crecimiento de las plantas.
La lombriz de tierra es hermafrodita, pero necesita una pareja para reproducirse. Los sexos están situados en la parte delantera del cuerpo, cerca del anillo, donde se desarrollarán los huevos.
La lombriz puede excavar hasta dos metros de profundidad, llevándose consigo oligoelementos en su desplazamiento hacia arriba y transportando nutrientes de la superficie hacia abajo. Es el mejor aireador del suelo y el mejor mezclador de capas.

Cómo contagiarse más fácilmente
En el jardín, con un tenedor para palas, encontrará lombrices de cabeza negra y grandes lombrices de tierra anaranjadas. Ésta es la técnica más habitual.
En primavera, cuando la tierra esté húmeda, sitúese en un prado donde abunden las lombrices y pisotee un lugar. En unos instantes, las lombrices emergerán de la tierra en un perímetro de hasta cinco metros desde tu lugar.
Otra técnica divertida es buscarlos por la noche con una lámpara eléctrica. En las húmedas noches de primavera, los gusanos de cabeza negra salen de sus agujeros, pero dejan parte de su cuerpo en ellos. Tienes que acercarte discretamente por la noche con una linterna eléctrica que brille sólo tenuemente. No pise fuerte y, una vez localizado el gusano, agárrelo con firmeza mientras pugna por volver al agujero, simplemente sujételo sin tirar para que deje de resistirse.
Las lombrices de cabeza negra tienen una cola que termina en una hoja de sauce, que es como se anclan en su galería. En verano, basta con regar para que parezca una ducha y saldrán gusanos rápidamente.
Siempre se pueden comprar lombrices en los comercios, pero ya es el colmo cuando lo único que hay que hacer es agacharse para cogerlas. En primer lugar, son caros para unas criaturitas que están por todas partes y, en segundo lugar, nuestros distribuidores no han encontrado nada mejor que darles otros nombres bastante ridículos...

La conservación de las lombrices de tierra
Para almacenarlas, basta con un cubo o una bañera de madera con tapa hermética que puedas agujerear para ventilar. Este cubo contendrá un poco de tierra y hojas muertas, y puedes añadir café o cualquier nutriente que huela lo suficientemente fuerte, ya que el gusano absorbe los olores como una esponja.
Las lombrices de tierra pueden mantenerse durante bastante tiempo siempre que la tierra esté suficientemente húmeda, pero no mojada, y sea nutritiva. Para ello, pon la mitad de la tierra en un cubo grande de chucrut, seguida de hojas muertas o trozos de cartón de reparto que hayas humedecido. No pienses que las lombrices se alimentan de tierra; las lombrices son descomponedoras.
Se conservarán durante mucho tiempo si las alimentas adecuadamente. Puedes mantenerlas alimentándolas con hojas, restos de verduras, musgo, serrín y pequeños trozos de cartón o periódico.
Puedes endurecer tus lombrices colocando posos de café en el suelo; un cubo lleno de filtros de café es más que suficiente.
¿Para qué pescado?

La lombriz de tierra es el rey de los cebos y goza de gran popularidad entre todos los peces. Desde los blancos hasta los depredadores, también seducirá a carpas y tencas.
Cuando llega la temporada de truchas, a nuestra dama fario le encanta picar hermosas lombrices de tierra. En aguas bajas y claras, le encantarán las pequeñas lombrices que se retuercen, como las lombrices de orilla. Pero si el agua se vuelve más oscura y alta, se decantará por un bocado grande como una gran lombriz de tierra o una gran cabeza negra.
Pero las lombrices son el arma definitiva para nuestras queridas anguilas, que las adoran. Con sus grandes cabezas negras pueden pescar cuñas o hacer lombrices.
Lo mismo ocurre con nuestro querido siluro, que comerá encantado un buen puñado de gusanos frescos. Podrás pescarlos tanto en tierra como en vertical.
A los peces carnívoros como la perca les encantan cuando pescan al acecho y también se dejarán seducir por un gran gusano esquivado en un montaje manejado como la lucioperca.
En resumen, las lombrices de tierra son el cebo más natural que los peces encontrarán y consumirán, y son una gran alternativa para capturar todos los peces cuando se cierra la pesca con señuelos.