La serviola, para los pescadores de altura que buscan peces grandes

© Antonin Perrotte-Duclos

Majestuosa y verdadera pieza deportiva, la serviola es uno de los peces más bellos que se pueden pescar en nuestras costas. En Francia, se encuentra principalmente en el Mediterráneo y el Atlántico Norte.

La serviola coronada

Un prédateur féroce
Un depredador feroz

Miembro de la familia de los carángidos, la serviola (Seriola dumerili), o serviola coronada, puede alcanzar los 2 metros de longitud y pesar más de 70 kilos. Es un pez pelágico que vive en grandes bancos cuando es joven y en pequeños bancos de pocos individuos cuando alcanza la edad adulta. Tiene el dorso verde azulado y los costados y el vientre entre plateados y blancos. Sus ojos están atravesados por una banda oscura. Dependiendo del clima, la serviola se reproduce en primavera o verano.

Un pez carnívoro

La serviola es un depredador formidable, gracias a su velocidad natatoria y a la potencia que desprende. Se alimenta de peces como la caballa, la gallineta y el salmonete, así como de moluscos como la sepia y el calamar. Generalmente vive en aguas abiertas a profundidades de entre 15 y 80 metros. Puede encontrarse a mayores profundidades, hasta 200 metros. La serviola puede acercarse a la costa en busca de peces forrajeros.

Diferentes técnicas de pesca

Pêcher la sériole en kayak
Pesca de serviolas en kayak

Para pescar serviolas, es imprescindible disponer de una embarcación. La pesca de la serviola puede realizarse desde una embarcación, por supuesto, pero también desde un kayak. La serviola se puede pescar con cebo vivo o con la técnica de la bola de fuego, con salmonetes, garrofas u otros calamares. El jigging también es una buena forma de pescar. Cuando las condiciones son adecuadas, la serviola también puede pescarse con señuelos de superficie, como poppers.

Batallas reales

Por su peso y potencia, la serviola es un luchador formidable. Una vez enganchado, el pez sondeará para intentar llegar al fondo. Es entonces cuando hay que contener las acometidas del pez para evitar que el sedal entre en contacto con el fondo y se rompa. Los combates son memorables cuando se alcanzan peces de más de 30 kilos.

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