Las sepias son cefalópodos voraces que viven desde la superficie hasta grandes profundidades en toda Francia. Se pueden encontrar por encima de las algas en aguas poco profundas de los puertos, así como en el fondo marino. Si busca lubinas con señuelos blandos y se topa con picadas grandes y suaves, no hay duda de que se trata de una sepia Sin duda, ¡una sepia está ocupada destrozando tu señuelo! En ese caso, cambia al jig, un señuelo duro especialmente desarrollado para este cefalópodo. Aquí tienes una técnica especialmente divertida: el jigging desde la orilla.
Carné de identidad
- Sepia officinalis (Linnaeus, 1758)
- También llamada sepia, casseron (pequeño), castron (pequeño), margatte, etc
- Este cefalópodo tiene un cuerpo ovalado que alberga una concha interna: el jibión. Tiene una aleta a lo largo del cuerpo y su gran cabeza tiene dos ojos laterales y esconde una boca con pico. Tiene 10 tentáculos con ventosas. Su piel puede cambiar repentinamente de color bajo la acción de un cerebro muy evolucionado.

Técnicas de pesca
La sepia se puede pescar con líneas libres, flotadores, baitcasters, drifters vivos y drifters. Lo mismo ocurre con los señuelos, que pueden engancharse con jigging y lanzando señuelos duros. Dicho esto, si el señuelo o cebo no lleva una corona especial para cefalópodos, la sepia tendrá pocas posibilidades de ser picada.
La forma más divertida de pescar este cefalópodo es con un jig. Esta práctica, con cañas de carbono de alto módulo, se ha hecho muy popular y se conoce como eging. Aunque la sepia se suele pescar en barco a profundidades de entre 6 y 30 metros, aquí buscamos sepias apostadas en zonas portuarias entre la superficie y los 10 metros de profundidad.
Las zonas iluminadas salpicadas de rocas son los mejores lugares. Lanza al punto y deja que se hunda durante unos segundos. Al principio puedes dejar que se hunda hasta el fondo para detectar la presencia de sepias. A continuación, recupérelo con una sacudida seguida de una pausa larga para que el jig se deslice lo máximo posible. Entre una sacudida y otra, mantén el jig tenso para no perderte ninguna picada en la bajada. Cuando te acerques a la orilla, puede que veas a la sepia salir de entre las rocas para agarrar el señuelo, mientras que cerca del fondo la caña se doblará de repente bajo el tirón de la sepia.

Una acción de enganche seca pero controlada es esencial si se quiere picar al cefalópodo de piel frágil. Las coronas de los anzuelos no tienen púas, por lo que hay que mantener un contacto constante con la presa. Una vez enganchado, hay que tensar continuamente para evitar que el sedal se afloje. Afloje ligeramente el freno para evitar que se atasque durante las picadas.
El aparejo
El aparejo se compone de la siguiente manera
- Nudo de unión: nudo peixet
- Trenza: 0,12 a 0,14 mm
- Fluorocarbono: de 0,24 a 0,35 mm
- Jig: tamaño 2,0 a 4,0
